INVESTIGADORES
VAZQUEZ LABA Vanesa Paula
artículos
Título:
Hacia un conocimiento andrógino
Autor/es:
VANESA VAZQUEZ LABA
Revista:
Revista Márgenes
Editorial:
IDAES-UNSAM
Referencias:
Lugar: San Martín; Año: 2016 p. 1 - 5
Resumen:
Los estudios feministas dentro del ámbito académico tienen una vasta producción si pensamos en las primeras manifestaciones de las mujeres ilustradas, allá por 1789, en Olympe de Gaulle y su declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana o unos años más tarde, en Mary Wollnstoncraft y la Vindicación de los derechos de la Mujer. La exclusión de las mujeres de la esfera pública despertó y manifestó la crítica profunda a la irracionalidad de la igualdad y libertad burguesa que empezaba aflorar. Unas décadas más tarde surgieron las sufragistas en Inglaterra y Estados Unidos, conformando lo que luego el feminismo académico denominó la primera ola feminista?, con la contundente declamación ?voto para las mujeres? y reivindicando a través de la organización, del debate y de las manifestaciones públicas derechos políticos, civiles y económicos. La segunda ola se inauguró, de alguna manera, con los aportes de la filósofa francesa, Simone de Beauvoir y su tesis no se nace mujer, se llega a serlo. Su propuesta de separación conceptual del sexo y el género marcó un antes y un después no sólo en las investigaciones dentro de los estudios de las mujeres y de género sino también en el activismo, haciendo florecer el movimiento de liberación de las mujeres y el feminismo radical. Lo personal es político volvió a hacer mella dentro de la producción de conocimiento como en el activismo feminista. En la década del ´70, los grupos de concienciación del activismo italiano de rivolta femminile radicalizaron esa tesis de política sexual elaborada por Kate Millet que asumía al Patriarcado como sistema de dominación cultural. Ese movimiento revalorizó la palabra y las experiencias de las mujeres, y también construyó nuevas preguntas y objetos de investigación, lo cual derivó en una proliferación de conceptualizaciones críticas: sexualidad, amor, maternidad, violencia, entre otras. Esta denominada segunda ola del feminismo, profundizó la militancia de las mujeres en las camas y en las calles, dando paso a una redefinición de lo político. En las últimas décadas, el feminismo ahondó su vínculo con la academia no sin tensiones internas-, en la búsqueda de la redefinición de las fronteras público-privado, contemplando la diversidad de experiencias de las mujeres e incorporando las otras voces subalternizadas, los otros géneros no hegemónicos. Profundizó su marca originaria (la producción de conocimiento y categorías se nutren de la praxis y, viceversa, el movimiento toma la conceptualización para comprender la complejidad de la diferencia y la jerarquía entre los géneros), ahora sí, con mayor énfasis en la experiencia personal y la colectiva, pero ya no sólo de las mujeres sino de tantos otros cuerpos sexuados y géneros.