INVESTIGADORES
CASCO sylvina Lorena
congresos y reuniones científicas
Título:
Alteraciones producidas por la vegetación flotante (Eichhornia crassipes) en la calidad del agua de lagunas del Bajo Paraná
Autor/es:
CASCO, S.L.; NEIFF, J.J.
Lugar:
Botucatú (Brasil)
Reunión:
Simposio; Simposio: Ecótonos nas interfaces dos ecossistemas aquáticos; 2001
Institución organizadora:
Instituto de Biociencias-UNESP (Brasil)
Resumen:
Numerosos estudios mencionan que las macrófitas acuáticas influyen en el metabolismo de los cuerpos de agua, aportando materia orgánica e interviniendo en la dinámica de nutrientes (Neiff, 1986; Carignan y Neiff, 1992; Pompeo et al., 1997 y Pompeo, 1996 en Pompêo et al., 1997), y también en la retención y transporte de sedimentos orgánicos e inorgánicos (Poi de Neiff et al., 1994). En planicies como las del río Paraná, las plantas acuáticas flotantes, especialmente Eichhornia crassipes, llegan a cubrir totalmente los cuerpos de agua produciendo interferencias sobre la calidad de las aguas aún hoy poco conocidas. El objetivo de este trabajo fue comprobar el efecto de la vegetación flotante sobre algunas características abióticas en ambientes naturales y en reservorios artificiales tomados como referencia para el seguimiento -en condiciones experimentales similares a las de campo- de los cambios en el tiempo de un mismo camalotal. Se midieron mensualmente, durante un año (entre abril de 1998 y abril de 1999), algunas características físico-químicas del agua, tales como temperatura, oxígeno disuelto, conductividad, acidez y transparencia, en lagunas de la planicie del río Paraná ("El Puente", 27º 26’ S; 58º 51’ O y "San Nicolás", 27º 27’ S; 58º 55’O) y en tres reservorios artificiales que contenían: A: vegetación flotante (95% de cobertura de Eichhornia  crassipes). B: denso fitoplancton (algas cianofíceas). C: aguas negras no vegetadas (ricas en materia orgánica). La profundidad de los 3 reservorios adyacentes fue semejante a la de los ambientes naturales. Se los llenó con el agua de las lagunas y se los enrasó a nivel constante con agua de la capa freática. En uno de ellos se colocaron plantas de E. crassipes cubriendo el 80% de la pileta, con densidad semejante a la de las lagunas. Otro de los reservorios (B) desarrolló una alta densidad de cianobacterias (Mycrocistis aeruginosa) que se mantuvo a lo largo de la experiencia. En el reservorio C las aguas tuvieron color pardo oscuro debido a la alta concentración de materia orgánica y bajísima densidad de algas. En los reservorios experimentales se tomaron mediciones a las 7 y 14 hs con intervalo de 3 días, siguiendo un perfil vertical de 10, 20, 50, 100 y 150 cm en cada reservorio, mientras que en los ambientes naturales, las mediciones se efectuaron entre las 8 y las 10 hs en la superficie del agua (20 cm), con mediciones de control (menor frecuencia) en perfiles verticales. Para las mediciones de oxígeno se utilizó un oxímetro polarográfico digital, la conductividad eléctrica (como indicador de salinidad) fue medida con puente conductimétrico con rango diferencial, y el pH se registró con peachímetro digital. La transparencia se midió con disco de Secchi. La temperatura se tomó con termistor en forma paralela a las mediciones de oxígeno disuelto. Se registraron valores inferiores de temperatura, oxígeno disuelto y pH, y una conductividad comparativamente más alta en los ambientes vegetados. En los ambientes sin vegetación flotante, pero con abundante fitoplancton, se constató la situación inversa. En las lagunas con aguas negras, sin camalotales ni algas, se registraron valores de temperatura y conductividad muy altos, con condiciones variables de oxígeno disuelto y pH. En el reservorio A, la temperatura del agua se mantuvo de 2 a 4 grados por debajo de B y de C. En los tres, la térmica alcanzó su mínimo en junio, a las 8.00 hs, en superficie, registrándose valores de 11ºC (A); 12ºC (B) y  11,5ºC (C). Los valores máximos se hallaron en diciembre (33,5ºC); enero (30,9ºC, A) y febrero (32,6ºC, B). En las lagunas, la temperatura mínima fue registrada en junio, con valores algo superiores a los anotados en los reservorios (13ºC, San Nicolás y 14ºC, El Puente) La temperatura máxima se registró también en el mes de febrero con valores inferiores a los de los ambientes artificiales (26,8ºC, San Nicolás y 27ºC, El Puente). El oxígeno disuelto estuvo siempre por encima del 90% de saturación en B y por debajo del 20% en A, encontrándose valores intermedios en C. En la laguna San Nicolás la concentración de oxígeno fue semejante al reservorio vegetado (A) con valores próximos al 20%. En la laguna El Puente, el oxígeno fue más variable durante el período de estudio. El pH fue siempre alcalino en B, (promedio de 9,42 unidades), encontrándose de 2 a 3 unidades por encima de A y de 1 a 2 unidades respecto de C. La salinidad (inferida por la conductividad) tuvo tendencias muy distintas. En C, se registraron los valores máximos (550 µS/cm) mientras que en las lagunas y los reservorios A y B se obtuvieron valores comprendidos entre 80 y 460 µS/cm respectivamente. Las lecturas del disco de Secchi, indicaron valores promedios de 1,30 m en A, 0,63 m en B y 0,48 m en C, mientras que en los ambientes naturales la media fue de 0,7 m. Hay una clara diferencia en la dinámica de los parámetros físicos y químicos considerados en las lagunas vegetadas y no vegetadas. En aquellas cubiertas con plantas flotantes, el calor de la radiación es retenido en superficie por las plantas, con lo que la temperatura del agua se mantiene varios grados por debajo de las lagunas sin camalotes. Esta diferencia es más evidente cuando la cantidad de radiación es mayor (días soleados de verano). Las plantas sólo amortiguan las temperaturas máximas, con escaso o ningún efecto regulador sobre las mínimas. También las plantas flotantes producen el bloqueo de la superficie y dificultan o anulan la circulación horizontal del agua. Sumado esto a la siempre elevada abundancia de detritos orgánicos y al bloqueo de la luz, el oxígeno se mantiene en el límite o por debajo de la concentración que necesitan la mayoría de los organismos para vivir, lo que explica la baja riqueza de organismos fitoplanctónicos, que no tienen condiciones de vida (luz) por debajo de la zona de raíces de las plantas. En las lagunas pobladas por algas, con alta densidad de fitoplancton, la absorción de calor es permanentemente más alta, al igual que las sales (que son absorbidas, retenidas y liberadas por las algas en tiempos cortos). El oxígeno se mantiene siempre alto por actividad de las algas, lo que favorece que la materia orgánica muerta no se acumule, sino que sea rápidamente oxidada y que las aguas se mantengan siempre en el rango alcalino, debido al alto consumo de CO2 por las algas. En las aguas negras, ricas en materia orgánica disuelta y particulada, pero sin plantas flotantes, la absorción de calor es mucho mayor que en lagunas vegetadas. Si bien los resultados de las lagunas y de los reservorios evidenciaron un comportamiento similar en cuanto a la temperatura, no sucedió lo mismo respecto al régimen de oxígeno y de la conductividad. Esto se debe a que los ambientes naturales reciben flujos laterales producidos por los cambios de nivel del río. Cabe pensar que lagunas con distinto grado de conexión al curso (frecuencia, duración, intensidad de los pulsos) tendrán diferente régimen de nutrientes y de oxígeno disuelto. Los resultados obtenidos ayudan a interpretar la variabilidad de los cuerpos de agua conectados periódicamente al río. La diferencia en la temperatura, el oxígeno disuelto y la conductividad entre las lagunas consideradas se relaciona con el diferente grado de conexión de las mismas respecto de los pulsos. Indudablemente, cambios en la distribución y abundancia de la vegetación en las planicies fluviales producirán modificaciones en algunas características de las aguas que, a su vez, han de afectar otras propiedades de los cuerpos de agua.