INVESTIGADORES
SIMON Paula Cecilia
congresos y reuniones científicas
Título:
Filosofía de la incomunicación: Las cartas clandestinas de la Unidad Penitenciaria 1 de Córdoba
Autor/es:
SIMÓN, PAULA
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Otro; IV Coloquio Internacional Lenguajes de la Memoria; 2018
Institución organizadora:
Escuela de Lenguas y Facultad de Artes, Universidad Nacional de Córdoba
Resumen:
El 24 de marzo de 1976, cuando se produjo el golpe militar que dio inicio a la última dictadura, comenzó en la UP1 (Unidad Penitenciaria 1) de Córdoba un experimento inédito en el país y poco habitual en contextos carcelarios en general. Como parte de un proyecto para destruir física y psicológicamente a cientos de presos políticos allí alojados (un proyecto que incluyó el fusilamiento de una treintena de ellos bajo el pretexto de intentos de fuga), a partir de esa fecha y hasta que la cárcel se vació de detenidos por causas políticas en noviembre de 1978, se les impidió toda comunicación con el mundo exterior. Este aislamiento, contrario a toda norma internacional sobre el trato a detenidos políticos, incluyó la prohibición de diarios, revistas y libros, radios y televisores, y por sobre todo visitas y correspondencia con familiares. Con la sola excepción de una hora de visita en la Navidad de 1976, en condiciones caóticas porque cientos de presos se vieron con sus familiares en un inmenso salón en medio de gritos y llantos, y otra visita similar en la Navidad de 1977, los prisioneros se mantuvieron en condiciones de férrea incomunicación por algo más de dos años y medio.Sin embargo, a partir de 1977 se desarrolló un sistema de comunicación clandestina por el cual los presos políticos, con la ayuda de familiares de los detenidos por causas comunes, lograron enviar y recibir cartas casi siempre escritas en letra microscópica, en pedazos de papel higiénico al principio y más tarde en envoltorios de cigarrillos o en papel avión. Las cartas enviadas por los familiares a los detenidos se perdieron porque tras ser leídas en la cárcel debían ser prontamente destruidas por problemas de seguridad. En cambio, algunas cartas enviadas por los detenidos al exterior sobrevivieron porque los familiares las preservaron en un lugar seguro hasta el regreso de la democracia.A diferencia de la correspondencia de los presos políticos en otras cárceles donde se permitía la comunicación bajo una estricta censura por parte de las autoridades, estas cartas clandestinas permanecen prácticamente en el olvido y no han sido estudiadas tanto en sus estrategias retóricas como en sus contenidos. En base a algunas cartas clandestinas hoy disponibles, y como parte de un proyecto mayor que persigue rescatar otras que puedan todavía existir, esta ponencia ofrece una primera aproximación a un segmento de las narrativas carcelarias, entre las que se distinguen los epistolarios, y las memorias del terrorismo de Estado que permanece en sombras. En efecto, ¿en qué se distinguían o se parecían estas cartas clandestinas a las que se escribieron legalmente, pero con las limitaciones de la censura? ¿Qué se relataba a familiares que hacía meses o años no se veía? ¿Cómo los autores se contaban a sí mismos y a los destinatarios eso que estaban viviendo? ¿Qué callaban y qué se atrevían a denunciar? En otras palabras, este proyecto se propone indagar en las múltiples dimensiones personales y políticas que se despliegan en esos textos prohibidos que eran a la vez una vía de denuncia, un escape, una forma de expansión para salir del encierro, el tedio y la rutina carcelaria, y un motor para echar a andar el pensamiento y la imaginación entre las paredes grises de la penitenciaría.