Entre el movimiento estudiantil y el movimiento feminista: militancias estudiantiles feministas en las Universidades latinoamericanas. Los casos de México, Chile y Argentina en la última década.

GUADALUPE A. SEIA

Vancouver-Híbrido

Congreso; LASA Congress 2023; 2023

LASA

Pañuelos verdes se van anudando por América Latina luego de más de un siglo de experiencias de activismos feministas. En la última década, esos símbolos transnacionales de las luchas por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo fueron enarbolados masivamente por las jóvenes, protagonizando lo que se denominó como la “revolución de las hijas”, incluso de las nietas. En el marco de la presente Mesa Redonda, les propongo reflexionar sobre aquellos puntos compartidos y aquellos contrastantes entre las experiencias de movilización de las estudiantes feministas dentro y fuera de sus universidades en las ciudades de Buenos Aires, México y Santiago de Chile. ¿Qué repertorios de acción y organización colectiva comparten? ¿Qué reivindicaciones comparten y cuáles se constituyen como particulares? ¿Cómo se articula en casa caso la militancia estudiantil “clásica” con la agenda de género y feminista? En ese marco, ¿cuáles son los impactos internos y externos de la movilización estudiantil feminista? ¿Cambiaron los roles de mujeres, varones y diversidades dentro de la militancia estudiantil universitaria? ¿Es posible ver otros efectos a nivel institucional en cada caso? ¿Qué obstáculos, retrocesos o problemas aparecen para estos activismos? A modo de hipótesis tentativa para la discusión, sostengo que las agendas de los movimientos estudiantiles de las diferentes universidades y países se han visto atravesadas, alteradas y reconfiguradas por la primacía social, cultural y política de la militancia feminista entre la juventud. Esto último también ha tenido efectos sobre las formas de vinculación en las organizaciones estudiantiles, la construcción de liderazgos e incluso de experiencias militantes “separatistas”. Estas cuestiones no implican, necesariamente, el fin de los movimientos estudiantiles, sino su reconfiguración y, sobre todo, su reactivación en coordenadas geográficas como México o Buenos Aires, donde este actor tenía menor grado de dinamismo y protagonismo en la arena política institucional, educativa y nacional.