Funguemias y colonización de catéteres en neonatos de unidades de cuidados intensivos

GIUSIANO, GUSTAVO; MANGIATERRA, MAGDALENA; ROJAS, FLORENCIA; GÓMEZ, VERÓNICA

Chaco

Congreso; IX Congreso Argentino de Micología. XIX Jornadas Argentinas de Micología; 2002

Asociación Argentina de Micología

La funguemia es un problema frecuente en pacientes pediátricos hospitalizados, particularmente entre los neonatos, sobretodo en aquellos en unidades de cuidados intensivos. Los objetivos de este trabajo fueron identificar los hongos levaduriformes obtenidos de catéteres y hemocultivos de neonatos internados en unidades de cuidados intensivos de las ciudades de Resistencia y Corrientes y estudiar su sensibilidad a los antifúngicos. Se analizaron 25 hemocultivos y 21 catéteres positivos para hongos levaduriformes. La tipificación se realizó por la técnica de Kreger-van Rij. Para el estudio de la sensibilidad antifúngica se empleó el micrométodo M27A de la NCCLS frente a la anfotericina B, fluconazol e itraconazol. Resultados: Porcentajes de aislamientos en hemocultivos y catéteres Especies Hemocultivos Catéteres C. parapsilosis 9 (36%) 10 (50%) C. albicans 9 (36%) 4 (20%) C. tropicalis 4 (16%) 4 (20%) C. krusei 1 (4%) - C. glabrata - 1 (5%) C. guilliermondi 1 (5%) Trichosporon cutaneum 1 (4%) Cryptococcus neoformans 1 (4%) En catéteres se halló una asociación triple de C. parapsilosis - C. albicans - C. tropicalis, especies que se aislaron con mayor frecuencia. Todos los aislamientos fueron considerados susceptibles a la anfotericina B ya que resultaron con CIM menor 1 mg/mL. Se observó una alta sensibilidad de estas especies a los agentes azólicos. Solo un aislamiento de C. albicans resultó sensible dependiente de la dosis al fluconazol y uno de C. tropicalis resistente. C. krusei mostró resistencia al fluconazol y al itraconazol. El resto de las especies resultaron sensibles a todos los antifúngicos azólicos. Se observa la emergencia de Candida no albicans como patógeno predominante en pacientes neonatos y en especial de especies con azol-resistencia como C. krusei o la capacidad de desarrollarla como C. glabrata. Es destacable también el aislamiento de Trichosporon cutaneum, otro de los hoy considerados patógenos emergentes.