INVESTIGADORES
RAMOS Ana Margarita
congresos y reuniones científicas
Título:
Apuntes etnográficos sobre los procesos de producción hegemónica de peligrosidad y su impacto en la vida cotidiana de jóvenes mapuches
Autor/es:
RAMOS, ANA MARGARITA; SKLIAR, MARIANO
Lugar:
Viedma
Reunión:
Encuentro; VIII Encuentro Patagónico de Teoría Política. Resistencias y subalternidad en la Patagonia neoliberal. Hacia el centenario de la Patagonia Trágica; 2019
Institución organizadora:
Centro de Estudios y Análisis Político (CEAP), Universidad Nacional del Comahue, Viedma
Resumen:
Organizaciones y comunidades mapuche de Neuquén, Río Negro y Chubut coinciden, a pesar de sus diferentes expresiones ideológicas y proyectos políticos, en el mismo propósito: recuperar el territorio que ha sido históricamente despojado y defenderlo de iniciativas de sobreexplotación, extractivismo y contaminación. Pero, como ya sabemos, este reclamo deviene ?intolerable? para aquellos sectores estatales y privados interesados en esos mismos territorios. Entre otras razones, porque el reclamo mapuche no solo escala el conflicto como una disputa por recursos económicos sino, sobre todo, como un desacuerdo cuyas aristas intersectan dimensiones tanto ideológicas como epistémicas y ontológicas.Uno de los efectos más desiguales de esta lucha ha sido la construcción mediática de discursos políticos y de sentido común en los que los sujetos, las ideas y las prácticas mapuches se asocian con sujetos, ideas y prácticas "peligrosas". Que esos discursos de peligrosidad ocurran en los medios, no significa que sean producidos solo por los medios en tanto empresas con intereses políticos. En el año 2009, diarios y canales televisivos de Neuquén informaban que empresarios y ganaderos sostenían la teoría de que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el grupo terrorista ETA colaboraban con algunos sectores del grupo mapuche afincado en el Cono Sur Latinoamericano, entre Chile y Argentina, a quienes instruían en el arte de la guerra y con quienes organizaban reuniones secretas. Uno de los mayores propietarios de tierras en esta provincia, Carlos Sapag, decía ante la prensa que los mapuche habían instaurado ?un régimen de terror e inseguridad? (agregaba, además, ?tienen armas y se financian con el narcotráfico?). Sin interrupción, el flujo discursivo de la peligrosidad mapuche ?previo al 2009 pero en aumento los años subsiguientes?incorporó actores, acontecimientos, nombres, organizaciones, escenarios y legislaciones.En noviembre del año 2017, la misma semana que un prefecto asesinara por la espalda al joven mapuche Rafael Nahuel, el senador rionegrino Miguel Ángel Pichetto calificaba de "totalmente inadmisibles estos grupos violentos y esta metodología del RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) que desconoce la nacionalidad, lo que es la soberanía argentina, la vigencia de la ley y de las resoluciones que emanan de los jueces". Una acusación como mínimo problemática en tanto la RAM ya había sido definida por la misma ministra de Seguridad ?Patricia Bullrich-- como "un nombre genérico de grupos que actúan violentamente (?) se pone en el RAM a todo aquel grupo que no respeta la ley".Meses antes del asesinato de Rafael Nahuel, era desaparecido Santiago Maldonado en el marco de una represión en la lof en resistencia Cushamen. Funcionarios gubernamentales de primera línea ?Patricia Bullrich, Pichetto, pero no solo ellos- encarnaron una retórica frontal y beligerante sobre la peligrosidad del pueblo mapuche, sobre todo de algunas de sus expresiones. Una retórica absolutamente incompatible con discursos progresistas multiculturales ligados al universo de los derechos humanos y la sensibilidad jurídica en torno a la preexistencia de los pueblos originarios.Frases como la citada del senador Pichetto o las muchas que pueden rastrearse de funcionarios del Poder Ejecutivo, expresan la capacidad del Estado para intentar delimitar no solo sus fronteras geográficas y territoriales, sino aquellas morales y políticas. Entendemos que esa capacidad, ese ?poder estatal?, implica la implementación de políticas de hegemonía que incluyen la producción y circulación de discursos de peligrosidad que niegan las identidades diferenciadas considerándolas no solo excluidas del nosotros, sino amenazantes para el sujeto colectivo que el propio Estado encarna y protege. Discursos y políticas que definen a un otro que hace peligrar a la sociedad toda en tanto desconocería intencionalmente la lealtad primera hacia la patria, hacia la nación argentina Este proceso de producción de peligrosidad es el que, en primera instancia, nos interesa describir y comprender.Es posible hacer un seguimiento de las derivas y efectos que las retóricas de poder producen, así como de las acciones de Estado que de ellas se desprenden. Ahora, si ese seguimiento pone atención solo en los casos que adquieren mayor visibilidad pública, perderá de vista que los mismos pertenecen a una serie, a una cadena de hechos cuyos eslabones son realmente microfísicos y operan en el terreno de la vida cotidiana de las personas y grupos. Atravesadas por este flujo de discursos nacionales, provinciales y locales sobre la peligrosidad mapuche acontecen las vidas cotidianas de las personas mapuche en los barrios más pobres de las ciudades patagónicas. Espacios sociales en los que los efectos de la peligrosidad se multiplican en requisas, detenciones, maltrato, límites a la circulación. En particular, la población joven, pobre y mapuche que allí habita, es objeto de un permanente asedio las más de las veces silencioso y silenciado: formas de hostigamiento que se dan en diferentes grados y niveles. Esa acción continua, por momentos efectiva, por momentos virtual y amenazante, no es -sostenemos- un producto de los discursos de peligrosidad sino un elemento constitutivo en su producción. Así, barrios y territorios se configuran en verdaderos ?estados de excepción? (Agamben, 2003) en los que les jóvenes pobres y mapuches (aunque no únicamente) transitan su vida y donde ?bajo determinadas circunstancias históricas- resisten de múltiples formas.Pensando en estos deslindes y circuitos locales -entre barrios, por calles urbanas, entre la ciudad y los parajes rurales, entre hogares, escuelas y cárceles, entre marchas, manifestaciones y recuperaciones territoriales, etc.? nos proponemos centrar nuestras reflexiones etnográficas en el proceso hegemónico de producción de "peligrosidad" ?desde la puesta en sospecha de cierto tipo de sujetos, la creación de facticidad o de evidencias, hasta la confirmación normativa? para luego entender el modo en que se configuran límites, lugares, accesos o prohibiciones en los espacios cotidianos de las personas mapuche. Con esta ponencia nos proponemos dar inicio a un trabajo más amplio y de más largo aliento, buscando entender los sentidos políticos y afectivos con los que se habilitan las experiencias de "ser pobres y mapuche" para las y los jóvenes de los centros urbanos, particularmente cuando estas experiencias son estratificadas ?a la Grossberg?desde la "peligrosidad".