Familia, Cabildo y Redes sociales de poder en Pamplona, 1800-1810

DÍAZ BOADA LINA CONSTANZA

Bogotá

Congreso; XV Congreso Colombiano de Historia; 2010

Asociación Colombiana de Historiadores

A través de la reconstrucción de la red de sociabilidad de los Villamizar-Gallardo observamos cómo fue fundamental la inserción de sus miembros en los espacios de poder como el cabildo y la burocracia estatal, la hacienda, la jerarquía eclesiástica, y centros educativos. Lo anterior generó un gran y diverso entramado de relaciones de poder construidos a partir de los lazos familiares con el propósito de mantener su condición de élite. Como dice el historiador Michel Bertrand: "estas redes vinieron a ser la principal estructura de permanencia y estabilidad social […] mediante ellas las élites conseguían una presencia estable en las instancias de poder"21. De hecho en momentos de inestabilidad, por ejemplo política, las redes sociales continuaron siendo una estructura reguladora de la sociedad. Las redes conformaron el sustento por medio del cual la élite se fue amoldando a los cambios sin poner en peligro su consolidación como grupo notable de la sociedad. Esta capacidad de maleabilidad le permitió a la élite pamplonesa transitar de súbditos a ciudadanos, del autonomismo a la independencia, manteniendo el control del poder local. Por consiguiente, a comienzos del siglo XIX la élite pamplonesa había conseguido forjar el proyecto natural de toda élite: desarrollar mecanismos para mantenerse en el poder logrando una estabilidad social. Pese a los esfuerzos centralizadores del Estado indiano en su intensión de regular la administración y la vida económica del virreinato, la élite local de Pamplona encontró una vía de autonomismo logrando inclinar las directrices de la Corona a favor de sus intereses. 21. De hecho en momentos de inestabilidad, por ejemplo política, las redes sociales continuaron siendo una estructura reguladora de la sociedad. Las redes conformaron el sustento por medio del cual la élite se fue amoldando a los cambios sin poner en peligro su consolidación como grupo notable de la sociedad. Esta capacidad de maleabilidad le permitió a la élite pamplonesa transitar de súbditos a ciudadanos, del autonomismo a la independencia, manteniendo el control del poder local. Por consiguiente, a comienzos del siglo XIX la élite pamplonesa había conseguido forjar el proyecto natural de toda élite: desarrollar mecanismos para mantenerse en el poder logrando una estabilidad social. Pese a los esfuerzos centralizadores del Estado indiano en su intensión de regular la administración y la vida económica del virreinato, la élite local de Pamplona encontró una vía de autonomismo logrando inclinar las directrices de la Corona a favor de sus intereses.