La última dictadura militar argentina (1976-1983) narrada por los hijos de los detenidos-desaparecidos

MARÍA V., CASTRO

Santiago de Chile

Simposio; Representaciones de la violencia política en la literatura latinoamericana contemporánea; 2011

Universidad Alberto Hurtado; Universiteit Gent; Université catholique de Louvain

Hay dos momentos clave en relación a la emergencia de la voz de los hijos de los detenidos-desaparecidos en el escenario de la postdictadura argentina: en octubre de 1995, en Córdoba, se realiza el Campamento de la agrupación "Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio", que se organiza como red con alcance nacional. El jueves 5 de diciembre de 2002, las Madres de Plaza de Mayo entregan los pañuelos blancos -símbolo de su lucha- a H.I.J.O.S., cerrando así su XXII Marcha de la Resistencia y reconociendo en los nietos sus herederos políticos. Las voces de los hijos de los detenidos-desaparecidos tienen en sede cinematográfica una presencia ya consolidada, con documentales como Papá Iván (2000), de Inés Roqué; Los rubios (2003), de Albertina Carri, y M (2007), de Nicolás Prividera. En los últimos años, en sede narrativa, se han ido publicando las novelas: Los topos, de Félix Bruzzone; La casa de los conejos, de Laura Alcoba (ambas de 2008), y Soy un bravo piloto de la nueva china (2011), de Ernesto Semán. A éstas agregaremos Las teorías salvajes (2010), de Pola Oloixarac, autora que si bien por su fecha de nacimiento (1977) podría perfectamente ser hija de una detenida-desaparecida, no está ficcionalizando en su obra ninguna experiencia real de desaparición de los progenitores (como sí es el caso de los otros realizadores cinematográficos y autores mencionados). En la presente comunicación nos proponemos analizar los modos por medio de los cuales estas "narrativas de hijos" apuestan, desde una perspectiva generacional específica, a inquietar los sentidos que arroja el trabajo de la memoria.