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Aristóteles heredó de Platón no solo el ideal contemplativo de vida sino también su preocupación por evitar el alejamiento de la vida política. A diferencia de su maestro, logró articular ambas formas de vida en su programa político ideal (Pol. VII-VIII) fundamentalmente gracias a la continuidad que existe en su pensamiento entre ética y política (EN I, X). El logro del ideal práctico-contemplativo es la resultante de un prolongado proceso educativo que se inicia antes del nacimiento de los ciudadanos y que apunta al desarrollo conjunto de su excelencia moral e intelectual. Nuestro propósito es indagar este programa educativo y, en especial, la función que en él cumplen las actividades ociosas con vistas a determinar el modo en que logra armonizar la vida práctica y la contemplativa.