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En contraposición a la teoría del desarrollismo de la década de los 50 y al modelo de derrame que lo sucedió después de los golpes militares, se ha dispuesto una nueva mutación ideológica que impregna lo social, y que deviene como resignación política, cultural y social. Muere la utopía, y por la fuerza de los hechos la pobreza es aceptada como componente sistémico (es decir, necesario) del capitalismo. Las mismas políticas sociales se re-formatean en este escenario: antes de buscar soluciones definitivas, son diseñadas para contener las situaciones de conflicto que produce la pobreza. En este nuevo orden de constitución societal es necesario reflexionar acerca de los procesos de reconocimiento e identización de la otredad como una de las dimensiones en que se actualiza la mutación de las estructuras sociales del capitalismo. En especial, fenómenos como el miedo y la inseguridad que condensan la culpabilización de quienes se suponen son las verdaderas victimas sociales. En esta dirección, desde una reflexión crítica y centrada en torno a la conceptualización que ofrece la teoría de los imaginarios, la siguiente comunicación propone explorar la emergencia de nuevos marcos de sentidos sobre la otredad, y que se articula en el nivel de lo analítico con las ideologías y significados que constituye el contexto post-capitalista.