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La presencia de los judeomarroquíes en Sudamérica constituye uno de los capítulos más singulares de las migraciones a nuestro continente. Esta particularidad está marcada no sólo por las diversas pautas que marcaron su tránsito migratorio desde Marruecos a nuestras tierras (período de tiempo, formas migratorias, factores de expulsión y de recepción), sino también por la compleja y variable articulación de su identidad como colectivo, la que fue transitando diversas etapas y manifestaciones. La comunidad judía en Marruecos trasladó a América sus heterogeneidades: diferencias judíos nativos y los descendientes de los expulsados de la Península Ibérica después de 1942, entre las clases sociales pauperizadas y las grandes familias conectadas con el comercio trasnacional. Asimismo, el impacto en el escenario marroquí de la Ilustración y de las ideas francesas a través de la Alliance Israelita Universelle y del movimiento sionista en dichas comunidades, constituyen otras de las variables que intervendrán en la construcción de esta identidad problemática. El movimiento hacia América pondrá en juego estos elementos, y su conexión con las sociedades nacionales y especialmente con las comunidades judías de diversos orígenes contribuirá a hacer aún más compleja esta articulación identitaria. Nuestro análisis utilizará el enfoque de identidad de Edward Said, que reconoce a todas las culturas como heterogéneas, múltiples y variables y las caracterizaciones puntuales acerca de las construcciones identitarias en el espacio árabe-islámico (considerando a Marruecos como tal) como Burhan Ghalioun, Pascon y Olivier Roy, donde la heterogeneidad de sus elementos culturales es el resultado de un largo proceso de mestizaje y de reapropiación de diversas fuentes.