Conflictividad y realineamiento de los trabajadores petroleros durante la desregulación del sector hidrocarburífero. El caso del Yacimiento Norte

CAPOGROSSI, MARÍA LORENA.

Mar del Plata-Argentina

Jornada; Jornadas Internacionales de Problemas Latinoamericanos, Los movimientos sociales en América Latina. Pasado, presente y perspectivas; 2008

Cátedras de Problemas Latinoamericanos Contemporáneos del Departamento de Historia de Facultad de Filosofía y Letras UBA y de Historia América General Contemporánea Facultad de Humanidades de la UNMdP

Durante la administración de Carlos Saúl Menem se ponen en marcha una serie de reformas estructurales de las cuales una de ellas es la privatización de las empresas públicas.  Un aspecto fundamental  de este proceso fue la racionalización de personal encarado por el Estado antes de liquidar sus activos. En Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) esto incluyó retiros voluntarios acompañados de altos montos indemnizatorios, fomento de cooperativas formadas por ex agentes y jubilaciones anticipadas. De este modo, la planta de personal de estar constituida por 51.000 trabajadores en 1990 – entre contratados y efectivos –, pasó a poseer 7500 en diciembre de 1993.             Esto no podía menos que repercutir en los espacios regionales, sobre todo, en aquellos lugares que habían tomado forma a partir de la radicación de la petrolera estatal. Tal es el caso de Campamento Vespucio y General Mosconi en Salta. Pese a la generalizada creencia de que los trabajadores no reaccionaron a la privatización hasta el estallido de las puebladas en Salta y Neuquén a fines de la década del noventa, nosotros pudimos advertir ciertos realineamientos y acciones de los trabajadores antes de esos años.             En el Yacimiento Norte se conformaron dos sectores bien definidos durante el proceso de desregulación petrolera y posterior privatización. Los celestes, que detentaban la conducción de la filial Vespucio del sindicato desde 1988 y se alinearon a la tendencia participacionista de Federación SUPE; y los delegados nucleados en la Agrupación de Trabajadores Ypefianos que intentaron motorizar un movimiento de resistencia coordinado a la política petrolera del menemismo.             Al seguir la trayectoria de estos dos sectores pudimos comprobar que en los espacios regionales tuvieron lugar tanto conflictos entre fracciones de trabajadores, como intentos de resistencia a la privatización y a la aplicación de mecanismos de racionalización de personal. Si no prosperaron esos conatos de reorganización de la lucha en una escala ampliada, ello se debió a la imposibilidad del movimiento obrero argentino de superar su momento económico corporativo y poner freno a la embestida del capital aliado a la administración menemista.