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La cuestión -filosófica- de la representación ha tenido, históricamente, distintos matices, premisas y supuestos los cuales han influido distintivamente en los paradigmas epistémicos de cada época. A su vez, tales paradigmas, han influido en los modos de producción de conocimientos y contenidos que, según creo, abarcan desde las ciencias duras, pasando por las ciencias sociales, del lenguaje y las artes. Parto de la premisa de que los paradigmas que se erigen en cada momento histórico plantean respuestas de base y comunes para las distintas áreas de la producción social de contenidos, por lo que los cruces entre disciplinas no sólo pueden resultar adecuados sino fructíferos. Así, me propongo analizar cuestión de la representación enla Danza Contemporánea con la ayuda de algunas categorías extrídas del pensamiento filosófico. Para comenzar, pondremos en relieve una problemática que considero nodal en todo análisis sobre lo representacional: la relación entre forma -contenido, esto es, entre el aspecto material y abstracto de la representación o desde una perspectiva discursiva, entre el significante y el significado. Históricamente, la danza teatral se ha valido de distintos recursos para transmitir contenidos y abordar la representación. La contemporaneidad rompió la impronta fuertemente representativa que la caracterizaba y propuso nuevos modos de concebir el lenguaje danzario. Dado que el cuerpo -símbolo social portador de numerosas e inabarcables significaciones- es el soporte material de este lenguaje, el artista debe sumergirse en un peculiar proceso de autoobservación y transformación para plantear un nuevo acercamiento al lenguaje del movimiento. De esta manera, en esta ponencia delinearemos un acercamiento metodológico a tal proceso de creación, dando cuenta de uno de las estrategias más utilizadas por los artistas a la hora de crear: la improvisación.