CIECS   20730
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE CULTURA Y SOCIEDAD
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La vestimenta femenina en Córdoba. Prácticas, representaciones y discursos entre fines del siglo XVIII y mediados del XIX
Autor/es:
CECILIA E. MOREYRA
Lugar:
San Juan
Reunión:
Congreso; XI Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres/ VI Congreso Iberoamericano de EStudios de Género; 2012
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, Universidad Nacional de San Juan
Resumen:
Dentro de los objetos que conforman el universo cotidiano de hombres y mujeres es la vestimenta, quizá, uno de los más cargados de significado; el vestido no solo cumple la función de cubrir el cuerpo para protegerlo del frío, el calor o la suciedad, sino que a su vez proyecta en el exterior una imagen de la persona, la vestimenta es un signo de distinción de grupo social, de género, de región, de profesión, de edad, etc., en este sentido es un objeto eminentemente relacionado a la identidad de la persona.  Es destacable que durante el período abordado la vestimenta y accesorios llevados por las mujeres tendían a ocultar y domesticar sus cuerpos y permitían mostrar una imagen recatada y decente, cualidades esenciales da la mujer según el discurso de la domesticidad imperante en la época. A lo largo del trabajo observaremos las transformaciones y permanencias que se dan en el vestuario femenino entre fines del siglo XVIII y mediados del XIX. Donde, luego de adoptar el vestido formas más sencillas, algo propio del estilo neoclásico, el cuerpo femenino vuelve  estar ceñido por el corsé, para resaltar algunas partes de su cuerpo y darles la forma deseada (¿o impuesta?), que era una estrecha cintura y anchas caderas. A mediados del XIX los hombres dejan atrás los vivos colores y exuberantes adornos que caracterizaron la vestimenta aristocrática; los colores sobrios y oscuros eran ahora patrimonio del sexo masculino, su vestuario obedecía a los principios de la razón propios de la burguesía en ascenso. Los colores y ornamentos pasaron a ser patrimonio femenino, de las ?coquetas? y las ?bellas?, que exhibirán sus atributos en el baile y en el paseo[1]. A partir de mediados del siglo XIX estas formas de vestir, serán objetos de discursos en torno a la frivolidad de las modas y los excesos en el adorno personal, con una marcada influencia de la moral victoriana. [1] En el periódico El eco libre de la juventud, los cronistas hacen alusión constantemente a las coquetas y las bellas, las mujeres engalanadas que se presentan en espacios como el baile, los conciertos de orquestas y el paseo. Centro de Documentación de la biblioteca Mayor de la UNC, El Eco libre de la juventud, años 1860, 1861.