CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

Reducir la escala de observación y situarnos en los pueblos azucareros a mediados del siglo XX supone concebir el espacio como una dimensión de la experiencia obrera. Por tanto, implica analizar las históricas implicancias de un hábitat marcado por la proximidad y jerarquización espacial, donde convivían obreros, empleados, personal jerárquico y los propietarios de los ingenios, quienes proveían a los trabajadores no sólo de la vivienda, sino de un conjunto de servicios atados a la pervivencia del vínculo laboral.En este contexto de preocupaciones, nos preguntamos por la forma en que la configuración espacial modeló las tramas de solidaridad y reciprocidad entre las familias obreras; cómo el espacio constriñó y alentó formas de protesta; de qué manera los actores se apropiaron, disputaron e intervinieron en esa configuración espacial; y cómo las cuestiones de género y etnia fueron condicionadas e incidieron en la geografía azucarera. Situar estos cuestionamientos en la primera década peronista obliga a repensar cómo ese espacio fue resignificado por el creciente poder obrero, el cuestionamiento a históricas prerrogativas de la patronal, el avance del Estado en materia socio-laboral y la incipiente desestructuración de la trama urbana de estos pueblos.Para avanzar en esta línea de trabajo, se consultará documentación propia de las instituciones y asociaciones de los pueblos azucareros (archivo parroquial, actas del sindicato obrero, libro de escuela, fotografías); testimonios orales y cartas de los vecinos de estas comunidades; fuentes de las instituciones gubernamentales (Boletines, Memorias, mapas, censos );prensa provincial (diario La Gaceta y Trópico) y publicaciones de la corporación empresaria (Revista La Industria Azucarera, Compilación de legal azucarera, libros y folletería promocional).