ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Casa poblada y buen gobierno
Autor/es:
ZAMORA, ROMINA
Lugar:
Lisboa
Reunión:
Seminario; Seminario sobre "Ciudadanía, discurso político y tensión de clases en Hispanoamérica (1750-1808)"; 2018
Institución organizadora:
CHAM, de la Universidad Nova de Lisboa; Área de Historia de América de El Colegio de América, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla
Resumen:
Para armar el rompecabezas histórico de la ciudad de San Miguel de Tucumán en lo que se puede entender como un ?largo siglo XVIII?, hemos comenzado por romper el espejo. Al dejar de ver la imagen de la historia tardocolonial como la génesis de la construcción del Estado, al asumir los criterios oeconomicos y la relación entre la casa y la república, que a su vez se derivan de asumir también la centralidad de la casa y la familia en la estructura mental y en la organización política del mundo occidental en los siglos modernos, los fragmentos se van ordenando de otra manera, para mostrar una nueva imagen, que se muestra como el rostro particular de la alteridad.Sobre todo, la proyección retrospectiva de esa construcción historiográfica estatalista, ha dificultado la comprensión de este elemento fundamental en el orden social, centrado en la familia. Durante esos siglos modernos, urbanos y latinoamericanos, la casa poblada tuvo una centralidad impensable para la época contemporánea, cuando la separación de lo público y lo privado ha distinguido, al menos conceptualmente, el ámbito de la política del ámbito de lo doméstico. La casa poblada era el espacio por excelencia de las relaciones económicas, políticas y sociales a cargo del padre de familia, en tanto el buen gobierno de la casa estaba montado sobre la capacidad de ese mismo padre de familia para gestionar las relaciones interpersonales y patrimoniales al interior de la casa y con relación a los demás padres de familia, para el gobierno de la república.Lo que hemos visto hasta aquí nos ayuda a perfilar la imagen de una ciudad que se imaginó a sí misma en este largo siglo XVIII, haciendo evidentes los principios ordenadores de la economía doméstica y señorial de estilo propio.