ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Los Adultos Mayores y la Calidad de Vida
Autor/es:
CEBALLOS, MARÍA BEATRIZ ABRAHAM, M; LUNA M. C Y OTROS
Lugar:
San Miguel de Tucumán
Reunión:
Jornada; V Jornadas de Extensión de la Fac. de Medicina de la Univ. Nac. de Tucumán; 2008
Institución organizadora:
Facultad de Medicina de la Univ. Nacional de Tucumán
Resumen:
Vejez y envejecimiento son dos caras de una misma moneda, que dan cuenta de un proceso gradual de individuos y universos demográficos. Los individuos pasan por etapas de su ciclo de vida y alcanzan más años y la población envejece cuando las pirámides etarias adelgazan su base y ensanchan su cúspide.             En América Latina y el Caribe la población de 65 años y más está aumentando sostenidamente en todos los países. Se trata de un proceso generalizado de envejecimiento de las estructuras demográficas, que lleva a un aumento tanto de personas adultas mayores, como así también del peso relativo de esta población en la población total, lo que implica que los países deben enfrentar el desafío que plantea el aumento de la población de 65 años y más. Un rasgo distintivo del proceso de envejecimiento es el predominio femenino, que en virtud de la mayor sobrevida de las mujeres, se produce un aumento muy pronunciado de su proporción en las edades más avanzadas. En la mayoría de los países latinoamericanos, la cobertura social no sólo es baja sino que excluye a una parte significativa de la población adulta mayor, particularmente a los pobres. De acuerdo a la evidencia empírica, una proporción significativa de la población de 65 años y más no recibe ingresos por jubilación o por su trabajo y en las áreas urbanas, esta proporción puede incluso superar el 50% en algunos países. En estos casos los adultos mayores pueden ser más vulnerables, ya que carecen de autonomía económica, lo que hace que su situación se torne precaria. El envejecimiento de los viejos. La población de 65 años y más comprende a los adultos mayores que están en capacidad de ser activos, tener una participación laboral más o menos intensa y por lo tanto realizar aportes importantes a la sociedad. Pero también dentro de este grupo, están los ancianos mayores de 75 u 80 años -la cuarta edad-, de los cuales muchos de ellos ya tienen comprometidas sus capacidades físicas y/o mentales y, por lo tanto, requieren de una atención especial respecto de los cuidados de su salud y de proporcionarle una vida digna. La provincia de Tucumán, como todas las provincias del Norte del País se encuentra en una etapa más rezagada, sin embargo tanto el peso relativo, como el número de personas de 65 años y más va adquiriendo una importancia significativa. También se observa que dentro de la provincia, cada departamento tiene distinto grado de envejecimiento. En el año 1991, en la provincia de Tucumán, el total de personas de 65 años y más era de 71.698 y en el año 2001 ese total se eleva a 99.766. En términos porcentuales, ese grupo poblacional pasó de 6.3% a 7.5%. La población de 80 años y más también tuvo un leve crecimiento, de 1.1 % pasó a 1.4%. En valores absolutos Tucumán tiene en 2001 un total de 18.739 personas de la cuarta edad. El departamento Simoca es el que  tiene el mayor peso relativo de la población de 65 años y más, se observa un alto porcentaje de población rural y se caracteriza por tener tasa de crecimiento intercensal media anual  negativa, que se explica por la emigración de jóvenes en edad de trabajar.    En el otro extremo, el departamento Yerba Buena tiene la menor proporción de población adulta mayor, con una alta tasa de crecimiento intercensal entre 1991 y 2001, que se explica por ser un área de reciente expansión. Los adultos mayores que viven en las áreas rurales se han caracterizado históricamente por una menor cobertura de servicios y un mayor deterioro económico; que sumado a la emigración de los hijos y familiares más jóvenes les reducen las posibilidades de cuidados directos, y los convierte en un grupo poblacional expuesto a múltiples desventajas sociales. Entre 1991 y 2001 tanto el porcentaje de población de 65 años y más que percibe jubilación o pensión,  como las que tienen cobertura social o plan médico o mutual ha disminuido. En los departamentos de Trancas y Burruyacú, con marcadas características rurales,  más de la mitad de la población de 65 años y más no tiene ingreso por jubilación o pensión, en Simoca casi la mitad de esta población carece de este ingreso. En estos departamentos se observa también la menor cobertura de salud.