Cualificación y proteccionismo: protestas artesanales en la ciudad de México a mediados del siglo XIX

VANESA E. TEITELBAUM

Tucumán

Jornada; XIº Jornadas Interescuelas/ Departamentos de Historia,; 2008

Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán

En la ciudad de México predominaba la economía tradicional con una fuerte presencia artesanal en la mayoría de las ramas productivas. La pérdida de privilegios gremiales, además, no conllevó la proliferación de pequeños talleres en el espacio urbano capitalino. Con lo cual, podemos indicar que se desarrolló una moderada expansión sobre la disminución de restricciones coloniales, y el número de talleres esparcidos en el espacio urbano durante la primera mitad del siglo XIX no representó grandes variaciones con respecto al de la época colonial. La descapitalización, falta de inversión tras la suspensión de pagos de la deuda y el retroceso de la economía monetaria experimentados durante los años 1830-1840 alentaron el mantenimiento de las antiguas estructuras productivas, como talleres de artesanos y grandes manufacturas, al mismo tiempo que se implantaron y desarrollaron industrias en ciertos sectores, muchos de ellos no competitivos, menores, y que requerían por lo tanto más protección. Sin embargo, desde mediados de la década de 1840, y especialmente, después del fin de la guerra con Estados Unidos, se abandonaron los niveles anteriores de protección a la industria y se puso en marcha un proceso de liberalización del comercio y el trabajo. La discusión de tarifas en el congreso, las voces a favor del abandono de las prohibiciones establecidas para diversos productos que se fabricaban en el país y la reorganización de los organismos supervisores de la industria fueron las expresiones de este proceso que anunciaba una nueva etapa para las manufacturas y las artes en México. En consonancia con estas posturas que marcaban otras pautas en la vida económica, social y política del país, después del periodo de mayor proteccionismo, desarrollado aproximadamente entre 1837 y 1847, los regímenes de extracción liberal-moderado que asumieron la conducción del país retomaron algunas de las prácticas emprendidas desde comienzos del siglo XIX. En esa dirección, se impulsó la apertura del mercado para favorecer la inversión y la importación de equipamiento industrial con bajos aranceles. En ese contexto, el trabajo analiza las prácticas de protestas de los artesanos contra estas políticas que consideraban nocivas para su bienestar, adelanto e, incluso, supervivencia como sector. Se argumenta que los artesanos se movilizaron y expresaron demandas a los poderes públicos en defensa del trabajo manual, el establecimiento de medidas protectoras para la industria y el trabajo y el rechazo a la descualificación del oficio.