ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
SUPERPOSICIÓN DE GEOFORMAS PALEOGLACIARES Y PERIGLACIARES EN LAS ALTAS CUMBRES DE LA SIERRA DEL ACONQUIJA COMO CONSECUENCIA CLIMÁTICA Y TECTÓNICA
Autor/es:
1 BUSNELLI J., 2 HORTA L. R.
Lugar:
Cordoba
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Geológico Argentino; 2014
Institución organizadora:
Asociación Geológica Argentina
Resumen:
El ambiente glacial está típicamente caracterizado por la presencia de hielo en forma de glaciares (Gutiérrez Elorza, 2001), mientras que el ambiente paleoglacial corresponde a los relictos o remanentes de antiguas glaciaciones durante el Cuaternario, con geoformas tales como paleocircos, rocas estriadas (Figura 1 a) y morrenas (Rohmeder, 1942). En la concepción antigua de ambiente periglacial se consideraba como la zona vecina al ambiente glaciar, aunque en la actualidad el concepto incluye todo ambiente dominado por procesos de congelamiento y descongelamiento, siendo (típica la presencia de permafrost o de procesos de gelifracción Figura 1b) e independiente de si se encuentra cercano a zonas englazadas o no (Trombotto y Ahumada, 2005). La zona de estudio se localiza en el extremo austral de la Sierra del Aconquija, correspondiente a la cuenca alta del río El Candado, que es el principal tributario de la cuenca del río Andalgalá, con alturas entre los 4000 y 5500 m.snm (Figura 2). Los vientos húmedos durante el Neógeno favorecieron la instauración de los valles glaciares en las altas cumbres del Aconquija. Algunos autores sostienen que procedían desde el Anticiclón del Atlántico Sur, procedencia del sudeste, mientras que otros opinaron que procedían del Anticiclón del Pacífico Sur con una posición mucho más favorable (Rohmeder, 1942). Por otro lado, la tectónica regional, está dominada por la Orogenia Andina (2 m.a.), la cual controló la estructuración de todos los Andes Sudamericanos. Sin embargo, se considera que la instalación del ambiente paleoglaciario debe haberse situado a una elevación mucho menor que la actual, pero con temperaturas menores y mayores contenidos de humedad, expresados en precipitaciones nivales (Busnelli, 2012).El objetivo de este trabajo fue realizar una cartografía temática de los glaciares de escombros clasificándolos a partir de su génesis en glacigénicos o geocriogénicos y de su actividad en (activos, inactivos o fósiles), como así también relacionarlos con las características climáticas y tectónicas. Los glaciares de escombros son geoformas deposicionales en los fondos de los valles típicos de ambientes periglaciares, con formas de lenguas o lobulos formados por bloques de gran porte y generalmente vinculados a un núcleo de permafrost (Corte, 1983). Pueden ser clasificados de acuerdo al origen en glacigénicos o primarios cuando derivan del retroceso de los hielos de los glaciares Neógenos, o bien geocriogénicos generados por condiciones de congelamiento y descongelamiento (Figura 3 a y b) sin que sea necesaria la presencia previa de glaciares de hielo. Es notable la abundante evidencia de rasgos paleoglaciales, en la Sierra del Aconquija, ya que donde se desarrolla este estudio, no existen glaciares descubiertos típicos, es decir cuerpos de hielo ni siquiera en la zona cumbrales más elevados, donde se observa algunos glaciaretes colgados remanentes de las glaciaciones Cuaternarias. Indicadores paleogeomorfológicos como la presencia de paleocircos de grandes dimensiones, morrenas retrabajadas a grandes distancias, presencia de estrías en las rocas, entre otras condiciones nos indican la posible extensión de antiguas glaciaciones en la zona. Ademas se establece un modelo donde se plantea un posible control tectónico de los glaciares de escombros (Figura 4), el cual fue acompañado por los cambios climáticos ocurridos.