CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

Uno de los fenómenos demográficos más sobresaliente del Siglo XX fue la disminución de la mortalidad. Muchos países en desarrollo están experimentando considerables progresos en el descenso de la mortalidad, alcanzando niveles muy parecidos a los países más desarrollados. Según Arriaga[1], los niveles de mortalidad son cada vez más independientes del desarrollo económico comparado con épocas pasadas, el problema consiste en establecer las estrategias que deberían implementar los países en desarrollo para reducir el exceso de mortalidad que aún se observa. De acuerdo al Observatorio Demográfico Nº 4[2], la medición y el análisis de la mortalidad son de gran interés para diversas disciplinas tales como la medicina, la demografía, la seguridad social y los responsables de diseñar políticas sociales en general. La mortalidad es un indicador importante de las condiciones de salud imperantes y también de las condiciones de vida de la población en una amplia variedad de aspecto.. En gran parte, la tendencia de la disminución de la mortalidad es una consecuencia de los avances de la medicina, el desarrollo de sistemas de atención de la salud más apropiados, las mejoras de las condiciones de vida de la población y el cambio de los estilos de vida. Las tasas de mortalidad de la población de 65 años y más están directamente vinculadas al promedio de años de vida a partir de los 65 años[3], este es un indicador de mucha importancia para la consideración de los recursos destinados a políticas y programas de salud y seguridad social. Según lo expresado en el Observatorio Demográfico Nº 4, desde mediado del siglo XX hasta la actualidad existe un significativo crecimiento de del promedio de vida a partir de los 65 años, principalmente en el sexo femenino, pero este resultado no es homogéneo entre los distintos países analizados y se debe a las diferentes etapas de la transición demográfica por las que atraviesan. La República Argentina, se subdivide 5 regiones. En cada una de estas regiones se observan diferentes etapas de la transición demográfica, marcadas diferencias económicas y sociales, por lo que se espera que el promedio de vida a partir de los 65 años y más sea significativamente distinto entre las regiones y las tasas de mortalidad correspondientes marquen las diferencias. La transición epidemiológica vincula la disminución de la mortalidad a los mayores recursos existentes para evitar las defunciones causadas por enfermedades transmisibles, lo que cambia el perfil de las defunciones por causas y grupos de edad. En particular, permite la disminución del peso relativo de las muertes por enfermedades infecciosas y parasitarias, propias de las edades tempranas, y el incremento del peso relativo de las enfermedades crónicas y degenerativas, más frecuentes en los adultos. La transición epidemiológica, en conjunto con la transición demográfica, son causa de la heterogeneidad en los niveles de mortalidad que existen en los países de América Latina. El resultado de la investigación sobre mortalidad realizada por INDEC[4] en 1997 y publicada en la Series Análisis Demográficos Nº 9, ?La Mortalidad en la Argentina entre 1980 y 1991?, entre otros, podría resumirse de la siguiente manera: (1) La tasa bruta de mortalidad disminuyó en un 9 %; (2) mayor nivel de mortalidad masculina; (3) en la esperanza de vida al nacer se observa una ganancia de 3 años; (4) se aprecian diferencias notables en el nivel de mortalidad de las provincias; (5) en los adultos, casi el 50% de las defunciones, tantos en hombres como mujeres, se debe a enfermedades del corazón y a tumores malignos; (6) sobremortalidad masculina por accidentes [1]Arriaga, Eduardo, E. El Análisis de la Población con Microcumputaodras [2] CEPAL, América Latina: Observatorio Demográfico Nº 4. [4] INDEC, La Mortalidad en la Argentina entre 1980 y 1991. Serie Análisis Demográfico Nª 9