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En este trabajo me propongo discutir como un abordaje experiencial directo, basado en un trabajo decampo orientado, puede convertirse en una herramienta fundamental a la hora de acercarse al registroarqueológico y obtener datos que habitualmente serían dejados de lado. Sin asumir una unidad de lasubjetividad humana, ni negar nuestra constitución social y nuestra corporeidad, como un producto dela posmodernidad, este acercamiento pretende problematizar y poner en relieve a la experiencia, estimulandodiferentes maneras de ver y registrar tanto los objetos como los paisajes pretéritos y de este modoampliar nuestras capacidades interpretativas. De esta manera, la información recolectada, combinadacon otros tipos de evidencia, así como con criterios más establecidos y aceptados dentro de la disciplinaarqueológica, debería permitirnos alcanzar comprensiones más acabadas e ingeniosas del pasado. Así,se propone la superación de los límites que imponen los métodos positivistas al trabajo de campo arqueológicoy dejar de lado la neutralidad a la hora de registrar la evidencia material. Dado que el solohecho de tener más y diferentes líneas de evidencia sobre un sitio y/o región, nos otorgará más variablesy nos permitirá generar más ideas y llegar a interpretaciones más abarcativas.