CEIL   02670
CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES LABORALES
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
"Santa rebeldía: Una aproximación a las construcciones de género, sexualidad y juventud en comunidades evangélico-pentecostales"
Autor/es:
MOSQUEIRA, MARIELA ANALÍA
Libro:
Género y generación en la Argentina. Estudios culturales sobre jóvenes
Editorial:
BIBLOS-EdUNLP-IIEGE (FFyLL, UBA)
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2010;
Resumen:
Las reflexiones que se presentan a continuación se inscriben en el marco de la investigación doctoral que actualmente estoy desarrollando en el seno de comunidades evangélico-pentecostales en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), la cual tiene por norte el análisis de las formas de lo religioso y los procesos de construcción de las identidades socio-religiosas de sujetos juveniles en las sociedades contemporáneas. Dentro del marco de esta interrogación general, en este trabajo mi propuesta es trazar algunas líneas de análisis a partir de la articulación de los ejes: religión, género, sexualidad y juventud.Para comenzar a bucear en esta cuádruple articulación, en principio, es necesario poner de relieve que aquellas premisas que afirmaban la incompatibilidad entre la religión y “la luz de la razón”, y por lo tanto, sostenían que lo religioso, a medida que la modernidad avanzara, iría perdiendo paulatinamente relevancia, hasta desaparecer, no se han cumplido. Las religiones no se han evaporado y tampoco se han recluido en la esfera privada. Tal como sostiene José Casanova (1994), en el mundo contemporáneo y, de manera notoria, desde la década de 1980, se despliega un proceso de “desprivatización” de la religión que supone el avance de las instituciones religiosas sobre la esfera pública, atravesando las fronteras de la esfera privada, en una cruzada por la reconfiguración de la sociedad civil. El autor sugiere que para comprender el papel social de lo religioso en el espacio público es preciso distinguir lo público de lo estatal y poner de relieve la existencia de un plano público por fuera del Estado. Casanova diferencia analíticamente el Estado, la sociedad política y la sociedad civil, y sobre la arena de ésta última ubica una esfera pública en donde las religiones desplegarían su intervención, cuestionando la separación entre lo público y lo privado, lo moral y lo legal, la sociedad civil y el Estado, el individuo y la sociedad. Asimismo, la religión plantea un vínculo entre estos diversos ámbitos mediante la interconexión entre moral privada y pública. De este modo, las religiones politizan la esfera privada y, en el mismo movimiento, renormativizan la esfera pública.En este sentido, las “religiones públicas” constituyen una dimensión política clave en nuestras sociedades, siendo el campo de la sexualidad y el género un ámbito central en donde se pone en evidencia la intervención del factor religioso, ya sea tanto en sus intentos por hegemonizar los sentidos atribuidos a esos términos, como en sus operaciones concretas de regulación de estas prácticas. Siguiendo el análisis de Juan Marco Vaggione (2005), podemos afirmar que dos procesos opuestos de “deprivatización” se han desplegado respecto a las políticas de género y sexualidad. Por un lado, los movimientos feministas y de diversidad sexual trasladaron el género y la sexualidad de la esfera privada a la pública de la sociedad civil, planteando nuevos modos de entender las múltiples desigualdades y opresiones a la que el ejercicio arbitrario de estos ejes de poder ha dado lugar en las sociedades patriarcales y heteronormativas. Por el otro lado, las religiones, en franca resistencia al rol marginal que las teorías de la modernidad les habían otorgado, han revitalizado su presencia pública y se han movilizado políticamente, con el objetivo de recuperar su hegemonía sobre la moral sexual, frente a los cambios planteados por los movimientos de derechos.Ahora bien, tal como plantea Vaggione (2008), si bien es cierto que tanto instituciones como jerarquías religiosas desempeñan un rol decisivamente antagónico a las demandas de los movimientos feministas y por la diversidad sexual en la arena pública al sostener las banderas del patriarcado y la heteronormatividad, es preciso no invisibilizar la heterogeneidad de lo religioso en relación a la diversidad sexual y al género, pues existen múltiples actores y discursos religiosos que compatibilizan dichas demandas con sus sistemas de creencias. Estas articulaciones entre lo religioso y las demandas de los movimientos de derechos se realizan de múltiples formas en las identidades de los creyentes, en las denominaciones religiosas y en la sociedad civil.     En este cuadro de situación, mi propuesta es iluminar ambos movimientos de lo religioso. Por un lado, intentaré poner de relieve el soporte simbólico y el trabajo que las instituciones y jerarquías religiosas despliegan en torno a la sexualidad y el género al interior de sus comunidades, haciendo especial foco en los/as jóvenes. Al mismo tiempo, centraré mi lente analítico en los múltiples anclajes que dichos universos simbólicos y trabajos religiosos tienen en el nivel subjetivo de los/as fieles, a partir de la exploración crítica del relato de experiencias de un joven cristiano. Para llevar a cabo este objetivo, he tomado como punto de observación a las comunidades evangélico-pentecostales.