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El estudio de la segregación residencial en América Latina ha devenido recientemente motivo de renovado interés para la investigación social. En gran medida, ello obedece a que durante la década del noventa se habría producido un incremento de los efectos sociales adversos que la segregación espacial ocasiona. Aunque es objeto de cierta controversia, algunos estudios han incluso señalado que se habría producido un aumento de los niveles de la segregación. Además, existe cierto consenso en torno a la responsabilidad de las políticas de corte neoliberal que se implementaron en la región durante la década pasada.La segregación residencial y su asociación con oportunidades diferenciales de acceso a ciertos estándares de bienestar social es un tema de larga data en la investigación sociológica, sin embargo, hay pocos estudios sobre la magnitud del fenómeno en América Latina, su evolución y los mecanismos a través de los cuales opera sobre las condiciones de vida de la población. Incide en ello el hecho de que la evidencia empírica apropiada sea escasa en varios países de la región. El estudio, de carácter exploratorio, se centra en los patrones de segregación residencial del Gran Buenos Aires a través de dos enfoques. Se describe su evolución entre extremos de la década de los noventa recurriendo a diversas variables de estratificación que reflejan el nivel socioeconómico de los hogares como también a otras que resumen aspectos de la infraestructura urbana y de acceso a servicios. El enfoque utilizado consiste en el análisis de datos secundarios para calificar el nivel y el cambio de la segregación residencial. Las fuentes de información utilizadas fueron los censos de población y vivienda de 1991 y 2001 y las encuestas a hogares, ambos relevamientos desarrollados por Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).