CEIL   02670
CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES LABORALES
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
¿Católicos dogmáticos de "Clase Alta"?
Autor/es:
DONATELLO, LUIS MIGUEL
Revista:
SOCIEDAD Y RELIGION
Editorial:
CEIL-PIETTE
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2010 vol. XX p. 99 - 107
Resumen:
En la “Primera Encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina” (CEIL-PIETTE-Área Sociedad, Cultura y Religión, 2008) hay un conjunto de datos que llaman la atención en cuanto a su regularidad. Son las opiniones que nos hablan de una marcada ortodoxia en una considerable minoría de la población en relación con determinados postulados y dogmas de la Iglesia Católica que adquieren status de sentido común. Es decir, quienes suponen que ser un buen creyente es “ir regularmente al servicio religioso” (16% de los entrevistados), aquellos que están en desacuerdo con que “los sacerdotes puedan casarse” (18%) o que las mujeres puedan ser “sacerdotisas” (27%), los que están en contra de la “despenalización del aborto” cualquiera sea el caso (17%), de la educación sexual en las escuelas (7%) y de las relaciones sexuales prematrimoniales (22%) o que consideran que la homosexualidad es una enfermedad (43%); estarían conformando un núcleo duro dogmático en la sociedad argentina. Por su parte, estas cifras se corresponden superficialmente con las personas que consideran que el Estado debe financiar in toto al culto católico (15%). Frente a este marco, una mirada superficial traería dos imágenes de referencia. La primera, es que estas consideraciones serían propias de las clases medias altas y altas socializadas en cierto medio católico de elite. La segunda, sería diametralmente opuesta y supondría que estas opiniones están sostenidas por gente manipulable por los especialistas religiosos. Es decir, una suerte de masa en disponibilidad de la Iglesia. Las mencionadas representaciones, no sólo pueden aparecer en las cabezas de algún observador desprevenido. Por el contrario, han sido ya traducidas a términos teóricos y han adquirido cierta sistematicidad por parte de algunos cientistas sociales. A partir de algunos datos de la mencionada encuesta, este texto se propone discutir con las imágenes de referencia. Al mismo tiempo, intentaré desarrollar una hipótesis de trabajo a la luz de otras indagaciones empíricas. La misma puede sintetizarse en la siguiente afirmación: la relación entre catolicismo y clases altas no se da en el plano de las opiniones, ni en la aceptación acrítica de un conjunto de dogmas, sino en la constitución de espacios específicos de sociabilidad y en el desplazamiento de creencias entre “lo religioso” y “lo económico”.“lo religioso” y “lo económico”. Frente a este marco, una mirada superficial traería dos imágenes de referencia. La primera, es que estas consideraciones serían propias de las clases medias altas y altas socializadas en cierto medio católico de elite. La segunda, sería diametralmente opuesta y supondría que estas opiniones están sostenidas por gente manipulable por los especialistas religiosos. Es decir, una suerte de masa en disponibilidad de la Iglesia. Las mencionadas representaciones, no sólo pueden aparecer en las cabezas de algún observador desprevenido. Por el contrario, han sido ya traducidas a términos teóricos y han adquirido cierta sistematicidad por parte de algunos cientistas sociales. A partir de algunos datos de la mencionada encuesta, este texto se propone discutir con las imágenes de referencia. Al mismo tiempo, intentaré desarrollar una hipótesis de trabajo a la luz de otras indagaciones empíricas. La misma puede sintetizarse en la siguiente afirmación: la relación entre catolicismo y clases altas no se da en el plano de las opiniones, ni en la aceptación acrítica de un conjunto de dogmas, sino en la constitución de espacios específicos de sociabilidad y en el desplazamiento de creencias entre “lo religioso” y “lo económico”.“lo religioso” y “lo económico”. “Primera Encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina” (CEIL-PIETTE-Área Sociedad, Cultura y Religión, 2008) hay un conjunto de datos que llaman la atención en cuanto a su regularidad. Son las opiniones que nos hablan de una marcada ortodoxia en una considerable minoría de la población en relación con determinados postulados y dogmas de la Iglesia Católica que adquieren status de sentido común. Es decir, quienes suponen que ser un buen creyente es “ir regularmente al servicio religioso” (16% de los entrevistados), aquellos que están en desacuerdo con que “los sacerdotes puedan casarse” (18%) o que las mujeres puedan ser “sacerdotisas” (27%), los que están en contra de la “despenalización del aborto” cualquiera sea el caso (17%), de la educación sexual en las escuelas (7%) y de las relaciones sexuales prematrimoniales (22%) o que consideran que la homosexualidad es una enfermedad (43%); estarían conformando un núcleo duro dogmático en la sociedad argentina. Por su parte, estas cifras se corresponden superficialmente con las personas que consideran que el Estado debe financiar in toto al culto católico (15%). Frente a este marco, una mirada superficial traería dos imágenes de referencia. La primera, es que estas consideraciones serían propias de las clases medias altas y altas socializadas en cierto medio católico de elite. La segunda, sería diametralmente opuesta y supondría que estas opiniones están sostenidas por gente manipulable por los especialistas religiosos. Es decir, una suerte de masa en disponibilidad de la Iglesia. Las mencionadas representaciones, no sólo pueden aparecer en las cabezas de algún observador desprevenido. Por el contrario, han sido ya traducidas a términos teóricos y han adquirido cierta sistematicidad por parte de algunos cientistas sociales. A partir de algunos datos de la mencionada encuesta, este texto se propone discutir con las imágenes de referencia. Al mismo tiempo, intentaré desarrollar una hipótesis de trabajo a la luz de otras indagaciones empíricas. La misma puede sintetizarse en la siguiente afirmación: la relación entre catolicismo y clases altas no se da en el plano de las opiniones, ni en la aceptación acrítica de un conjunto de dogmas, sino en la constitución de espacios específicos de sociabilidad y en el desplazamiento de creencias entre “lo religioso” y “lo económico”.“lo religioso” y “lo económico”.