IDECU   25222
INSTITUTO DE LAS CULTURAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
CIRCUITOS, ENTRAMADOS SOCIALES Y MATERIALIDADES EN LAS QUEBRADAS ALTAS DEL CALCHAQUÍ MEDIO (SALTA, ARGENTINA)
Autor/es:
WILLIAMS, VERONICA I
Lugar:
Cordoba
Reunión:
Congreso; XX Congreso Nacional de Arqueologia Argentina; 2019
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Cordoba e IDACOR
Resumen:
Nos interesa delinear los circuitos de interacción interregional que se pueden trazar, integrando fuentes materiales y documentales, y analizar el papel de las quebradas altas del sector medio del valle Calchaquí (Salta) en estos circuitos o redes durante momentos del prehispánico tardío. Se tomaron los estilos alfareros y las materias primas utilizadas para la producción metalúrgica, centrándonos en el estudio de materialidades obtenidas en diversos tipos de asentamientos de las quebradas altas (habitacionales, pukaras, agrícolas, funerarios, etc.) que fueron ocupadas entre los siglos XI y XVII (Castellanos 2016; Williams y Castellanos 2011). La información procedente de análisis de colecciones de museos locales y nacionales completa la información obtenida en el campo. Incorporamos también información espacial y geográfica de pasos naturales entre las quebradas altas y la puna que pudieron identificarse por medio de teledetección y en algunos casos en el propio terreno. La información documental proviene de escritos inéditos tempranos localizados en diferentes repositorios nacionales y de fuentes éditas, además de relatos de viajeros del siglo XIX.Desde la etnohistoria se ha planteado a Calchaquí como un espacio de frontera y de guerra durante los siglos XVII y XVII (Lorandi 1998 [1985]). Los relatos tempranos han dado lugar a la estigmatización de los espacios altoandinos como áreas de refugio, restándole la importancia que tenían como parte fundamental dentro de la reproducción social local (Quiroga 2010). Desde la arqueología se ha podido registrar la concentración de la población en las quebradas altas del Calchaquí medio durante el prehispánico Tardío en zonas que posibilitaban un dominio visual del entorno y un control de las zonas de acceso y comunicación con la puna, rico en recursos minerales, pasturas y cotos de caza (Villegas 2014; Williams 2010). Trabajamos desde la noción de territorialidad, entendiéndola desde la interacción de una población con otra (y con un espacio) tanto en la organización espacial del territorio como en la vinculación con otras entidades sociales, geográficas, naturales; desde una perspectiva geosimbólica (sensu Bonnemaison 1992). El territorio, así entendido, es también un contenedor de caminos y rutas, ejes de comunicación e interacción social a nivel local, regional e interregional pero también de relatos, relaciones e historias entrelazadas, vinculadas a memorias y paisajes que van más allá de lo tangible.La potencialidad productiva de las quebradas occidentales, en los sectores intermedios, ha sido mencionada por Cigliano y Raffino (1975) y Raffino y Baldini (1983), señalando para las cabeceras del río Tacuil y Amaicha, la presencia de áreas con infraestructura agrícola que cubren más de 500 ha. Es en este sector donde reconocimos los suelos de mayor capacidad productiva (Baldini y Villamayor 2007, Villegas 2014, Williams et al. 2010). Se ha sugerido que durante el Período de Desarrollos Regionales (entre 900 y 1400 DC) las sociedades tardías del valle Calchaquí presentaban una fuerte articulación con espacios como el valle de Yocavil, la región puneña y yungas (Sprovieri 2013). Durante la expansión incaica se sugiere una aparente continuidad de los circuitos de aprovisionamiento previamente establecidos y una ampliación a nivel regional e interregional (Sprovieri y Rivera 2014, Williams 2015). En las quebradas altas esto último se evidencia a partir de la presencia de materiales cerámicos de estilos como el Yavi chico polícromo, Inca Pacajes (o Saxamar), Hedionda; propios de regiones distantes como el área altiplánica y norte de Chile.También es interesante la presencia de estilos que fueran asociados a otros valles del Noroeste argentino (por ejemplo, la cerámica Belén y Famabalasto negro grabado), planteando a la puna catamarqueña como una de las vías posibles de acceso, en particular para la cerámica Belén hacia los valles altos. Es decir que, a través del consumo de la alfarería, como por ejemplo el estilo Belén, el negro pulido del Tardío y el Famabalasto negro grabado, se pudieron haber ampliado las redes de interacción entre las quebradas altas con otros ambientes como la puna catamarqueña y los sectores del norte y sur del Calchaquí durante el PDR o Tardío y para del Tardío-Inca. Consideramos que esto implicaría la llegada de los objetos, mediante redes de interacción que podrían darse a través de circuitos de caravaneo pero también por medio de lazos parentesco que favorecen la circulación de personas, prácticas y objetos como la cerámica.Los trabajos de Martel en la zona del volcán Galán han aportado información sobre esta vía para la comunicación entre la puna meridional y la cuenca del río Molinos, en los valles Calchaquíes. El registro de sitios de pernocte, apachetas y sitios con arte rupestre con representaciones de caravanas en sectores aledaños a los ríos Aguas Calientes y Los Patos aportan interesantes datos para seguir pensando sobre las formas en que pudo haberse dado la comunicación entre ambos ambientes a lo largo del tiempo (Martel 2014).Las evidencias de producción metalúrgica en Tacuil permitieron plantear circuitos de circulación de minerales utilizados en dicha producción, como el cobre y el estaño. Los depósitos de cobre cercanos a este asentamiento se encuentran hacia el oeste, en la actual Puna salteña, en el Salar de Diablillos e Inca Viejo (oro y cobre) y en la manifestación Don Alberto, a 20 km al sudeste de la mina Incahuasi (Hongn y Seggiaro 2001). En el sitio Abra de Minas, se han realizado investigaciones que aportan información sobre la ocupación estatal y la explotación de minerales de cobre (Coloca 2017; López et al. 2015). Con respecto al estaño, los yacimientos más cercanos se encuentran en la puna norte de Jujuy (y en las Sierras de Belén y Fiambalá en Catamarca. También se han mencionado las minas de estaño de Capillitas y la Alumbrera y, posiblemente, otras más cercanas aún no identificadas como la del Cerro Durazno, la cual además contiene cobre, zinc, oro y plomo (Scattolin y Williams 1992). Las evidencias de ocupaciones a lo largo de los diferentes corredores naturales que conectan quebradas altas del Calchaquí y puna, sustentan la importancia de estos espacios en el tráfico interregional, ya desde tiempos prehispánicos. En este paisaje, la presencia de los pukaras, emplazados en sectores que controlaban las diferentes vías de acceso y conexión entre ambientes, no es un dato menor.