Rizobacterias nativas incrementan la producción y calidad de tomate para uso industrial y reducen la aplicación de fertilizantes en condiciones a campo

MARÍA MICAELA PÉREZ RODRIGUEZ; MARIELA PONTÍN; VICTOR LIPINSKI; MIGUEL ANDRES LOBATO; MARTIN LÓPEZ APPIOLAZA; ANA LAURA VIANI; CECILIA AILÉN CHIMENO; ANA COHEN

Mendoza

Congreso; Congreso Interuniversitario I+D+i Mendoza; 2021

SIIP, Red interuniversitaria de Mendoza

El tomate es la hortaliza más cultivada en todo el mundo y la de mayor valor económico. Argentina ocupa el puesto N° 12 en la producción mundial de tomate para industria, siendo Mendoza una de las principales provincias productoras; sin embargo, la producción no alcanza a satisfacer la demanda de consumo interno. El uso indiscriminado de plaguicidas y fertilizantes químicos para incrementar la producción ha tenido impactos negativos en el ambiente, tales como la reducción de la actividad microbiana y la fauna del suelo, contaminación de aguas subterráneas y enriquecimiento o eutrofización de aguas superficiales y continentales. Otra de las consecuencias es la generación de resistencia de las especies a largo plazo debido al uso constante de plaguicidas, haciendo inefectiva la utilización de los mismos. Es por ello que surge la necesidad de incrementar la producción de tomate en forma sustentable. El uso de inoculantes microbianos en la agricultura ha incrementado en las últimas tres décadas. Dentro de los bioinoculantes, las rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPR) constituyen una alternativa sustentable reduciendo los problemas que trae aparejado la utilización excesiva de fertilizantes. Enterobacter 64 S1 es una cepa PGPR aislada de rizósfera de cultivos tomate de Mendoza, mientras que Azospirillum brasilense Az39 es una cepa de referencia utilizada en la formulación de bioinoculantes en Argentina. Las cepas tienen la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico, solubilizar fosfatos, producir sideróforos y auxinas. El objetivo del trabajo fue evaluar el efecto de la inoculación radical de plantines con Enterobacter 64S1 y Azospirillum brasilense Az39 en el rendimiento y calidad de tomate a campo. Para ello plantines de 15 días de la variedad UCO 14 fueron inoculados por única vez con los siguientes tratamientos: 1) Control (solución de NaCl 0,85 %); 2) A. brasilense Az39; 3) Enterobacter 64S1 y 4) Fertilizado (solución de Hakaphos, 7 g L-1). Luego se trasplantaron a campo con un sistema de riego por goteo. En etapa reproductiva se midió el diámetro del tallo, contenido relativo de clorofila (SPAD) y eficiencia fotosintética del fotosistema II (Fv/Fm). Luego, en el momento de cosecha se evaluó el rendimiento (número y peso de frutos por planta), tamaño y calidad de frutos. Las plantas inoculadas con las bacterias y fertilizadas presentaron un mayor contenido relativo de clorofila y diámetro del tallo con respecto a las plantas control. La inoculación con las cepas produjo incrementos en el rendimiento, tanto en el número y peso de frutos por planta (similar al tratamiento de fertilización), así como del diámetro y largo de frutos, con respecto al tratamiento control. En cuanto a los parámetros de calidad, no hubo variaciones en la acidez titulable ni pH de los frutos; sin embargo, se produjo un incremento en el contenido de sólidos solubles con los tratamientos de inoculación. El incremento en el crecimiento y producción de la planta puede explicarse por un mejor desarrollo de la raíz lo que brinda un potencial para una mejor absorción de agua y nutrientes; lo cual podría estar parcialmente relacionado con la producción de hormonas, la fijación de N y la solubilización de P por las PGPR. Las mejoras en la calidad de los frutos con la inoculación de PGPR se conocen en diferentes cultivos. Sin embargo, pocos trabajos han informado mejoras en la calidad del tomate con la inoculación solo de PGPR, es decir sin combinarlas con otros microorganismos como micorrizas. Los resultados de este trabajo sugieren que la inoculación con las cepas PGPR A. brasilense Az39 y Enterobacter 64S1 puede ser útil para reducir el uso de fertilizantes, manteniendo y mejorando la producción y calidad de tomate industrial a campo en el marco de una agricultura sustentable.