INVESTIGADORES
OROS Laura Beatriz
congresos y reuniones científicas
Título:
Correlatos afectivos y sociales del perfeccionismo infantil
Autor/es:
LAURA B. OROS; IUORNO, ORNELLA; SERPE, MÓNICA
Reunión:
Congreso; I Congreso Internacional de Psicología y IV Congreso Nacional de Psicología ?Ciencia y Profesión?; 2014
Resumen:
El perfeccionismo constituye un complejo entramado de creencias, emociones y conductas que se caracterizan, en el polo positivo, por la búsqueda de la superación personal, la autoexigencia y el deseo de organización, y en el polo negativo, por un exagerado nivel de autocrítica, rigidez, desmoralización y frustración. Mientras que el perfeccionismo equilibrado asegura un buen rendimiento, el perfeccionismo insano está asociado a numerosos desórdenes emocionales que son motivo frecuente de consultas psicológicas. Son muchos los factores que pueden explicar el desarrollo de esta disfunción en la niñez. En este trabajo se analizó en qué medida los rasgos de personalidad del niño y las demandas parentales excesivas pueden predecir el perfeccionismo insano y a su vez se estudió cómo se relaciona éste con las emociones positivas y con la depresión. La brecha que separa lo que el niño cree que es de lo que realmente quisiera ser, se ve aumentada en la mayoría de los casos por influencia de la propia familia y de las relaciones con otros significativos. Aquellos padres que sostienen expectativas exageradas en cuanto al rendimiento de sus hijos y/o que mantienen un elevado nivel de crítica y culpabilización ante los fracasos de los mismos podrían predisponer a este tipo de disfunciones. No obstante, en este estudio se hipotetiza que para el desarrollo del perfeccionismo no se necesitan únicamente modelos parentales patogénicos, sino además una estructura de personalidad que propicie su aparición y consolidación. Por tal motivo se analizó qué rasgos de personalidad del niño facilitan el desarrollo de creencias irracionales y qué porcentaje de variancia explican en comparación a las demandas parentales. Con respecto a la experiencia emocional, se ha mencionado que las personas perfeccionistas tienen una baja frecuencia de emociones positivas y que disfrutan poco de sus éxitos y logros. Los afectos predominantes en los individuos perfeccionistas son generalmente de tono negativo. Entre ellos suelen señalarse la culpa, el enojo, la tristeza, la futilidad, el displacer, la inferioridad y la vergüenza. En este sentido, numerosas investigaciones afirman la existencia de una relación entre pensamientos perfeccionistas frecuentes y la manifestación de síntomas de depresión, a causa de la incapacidad del niño de cumplir con las demandas excesivamente elevadas. En Argentina aún no se han realizado estudios que vinculen el perfeccionismo infantil con las emociones positivas y negativas al mismo tiempo siendo que esta información podría proporcionar un cuadro mucho más completo y avanzado de la experiencia afectiva de los niños perfeccionistas. Se trabajó con una muestra no aleatoria de 404 niños (n = 196) y niñas (n = 208) con edades comprendidas mayoritariamente entre los 8 y los 12 años ( = 10.30; DE = 1.03). Todos los niños tenían la autorización de sus padres y docentes para completar diferentes pruebas de evaluación psicológica en el contexto escolar. Para estudiar las relaciones entre las variables de estudio se realizaron Análisis de Regresión Lineal Múltiple. Los resultados indicaron que la personalidad junto con las demandas parentales explican significativamente el perfeccionismo infantil (p < .01), siendo la combinación personalidad y demandas maternas (r2 = .21) algo más influyente que la combinación personalidad y demandas paternas (r2 = .18). De los rasgos de personalidad, el que único predictor significativo es el neuroticismo (p < .05); y de las demandas parentales, la que predice con mayor potencia al perfeccionismo es la demanda de rendimiento (p < .01). Por otro lado, se observó que el perfeccionismo influye significativamente sobre la experiencia de emociones positivas (p < .01). A medida que se incrementan las autodemandas perfeccionistas, disminuyen los sentimientos de gratitud y aumenta la satisfacción personal (especialmente referida al ítem: "Siento que soy muy valioso"). Además, se encontró que ambas dimensiones del perfeccionismo (autodemandas y reacciones ante el fracaso) predicen la depresión infantil. A mayores autodemandas perfeccionistas, mayor autoimagen negativa y mayor falta de energía. Por otra parte, a mayores reacciones negativas ante el fracaso, mayor depresión en todas las dimensiones.