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El estudio de la constitución bioquímica de los espermatozoides es de interés tanto desde el punto de vista básico, por lo que aporta al conocimiento de la fisiología y patología de la reproducción, como práctico, por las posibles implicancias que tiene en el manejo con preservación de la viabilidad del esperma de animales reproductores, una cuestión con significancia económica. Con relación a los lípidos, los espermatozoides tienen algunos rasgos en común, pero muchas diferencias entre especies. Un rasgo común entre grandes mamíferos reproductores (toro, carnero) y la rata es una concentración muy elevada de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) y de plasmalógenos, lípidos potencialmente capaces de liberar un aldehído graso y un lisofosfolípido con un PUFA en sn-2. Mientras que en el toro y el carnero el 22:6n-3 fue el PUFA mayoritario de los glicerofosfolípidos espermáticos incluyendo los plasmalógenos, en los de rata lo fue el 22:4n-9. Tanto el porcentaje de plasmalógenos como el de PUFA en éstos aumentan durante la maduración de los espermatozoides en el epidídimo. También se encontraron diferencias en los ácidos grasos de los lípidos neutros, en especial triglicéridos, con altas proporciones de 14:0 en el carnero. Otra peculiaridad de los espermatozoides maduros de toros y carneros fértiles fue que contenían esfingomielina (SM) y ceramida (Cer) con ácidos grasos poliinsaturados de muy larga cadena (>C24-C36), en porcentajes muy superiores a los de los mismos lípidos en testículo. En cambio, las SM y Cer de espermatozoides de rata tuvieron escasa proporción de VLCPUFA, muy inferiores a los % presentes en las SM y Cer testiculares. Como estos lípidos se concentran en la cabeza del espermatozoide, la enorme disparidad entre las dimensiones relativas de la cabeza y la cola de las especies en estudio en parte puede explicar estas diferencias

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