José Hazzaya y la transmisión del pensamiento en la Antigüedad Tardía

RUBÉN PERETÓ RIVAS

Encuentro; II Encuentro de Estudios sobre la Antigüedad Tardía; 2017

Universidad Nacional de Cuyo

Algunos elementos del pensamiento filosófico y teológico que se desarrolló en el ámbito alejandrino durante los cuatro primero siglos de nuestra era han permanecido como patrimonio de todo el ámbito cristiano, tanto oriental como occidental. Resulta cuanto menos llamativo que escritos de autores que se desenvolvieron en el desierto del norte de Egipto, aún cuando Alejandría haya sido el principal centro cultural de la época, hayan ejercido una influencia tan poderosa. Cuanto más es el caso de Evagrio Póntico que no fue, como Clemente u Orígenes, miembro de la famosa Escuela Catequética de Alejandría, sino un simple monje del desierto egipcio de Las Celdas. En esta ocasión me focalizaré en un aspecto concreto de su enseñanza: las tres etapas de la vida espiritual y una posible clave hermenéutica. Si bien ya Clemente de Alejandría en sus Stromata se había referido a estos periodos, es Evagrio quien los tipifica y caracteriza por primera vez. Y esta división se mantendrá a lo largo de toda historia de la teología ascética cristiana, en exponentes tales como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. Y lo mismo sucederá con los autores místicos orientales. En este trabajo me propongo hacer un aporte a la resolución de la pregunta acerca de los eslabones que permitieron la transmisión de esta doctrina, para lo que haré una presentación del autor sirio José Hazzāyā y su Carta sobre las tres etapas de la vida monástica que reflejan, con algunas distorsiones, el pensamiento evagriano y lo proyecta hacia los siglos posteriores.