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En esta presentación abordaremos los aportes de la Antropología Forense en el campo de la investigación judicial. La aplicación de la ciencia básica a la investigación judicial es un proceso que se viene impulsando en Argentina desde hace unos años a través de programas nacionales y convenios entre distintos organismos como CONICET y las universidades con los poderes judiciales de las provincias. En Mendoza se están dando los primeros pasos de trabajo conjunto entre el instituto de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional de Cuyo y el Cuerpo Médico Forense para la intervención conjunta en la exhumación, estudio e identificación de restos esqueletizados.En el mes de julio de 2017 los diarios locales dieron a conocer el hallazgo de unos restos óseos humanos en la localidad de Agrelo (Lujan de Cuyo, Mendoza). Los mismos fueron hallados cuando se realizaba un pozo para una obra de red cloacal domiciliaria, al costado de la ruta provincial N° 15. En el hallazgo intervino la policía de la Oficina Fiscal n° 11 y posteriormente los restos fueron trasladados a la Morgue de la 1° Circunscripción Judicial del Cuerpo Médico Forense. El estudio de los restos fue llevado a cabo por miembros especialistas en bioantropología del Instituto de Arqueología y Etnología junto con patólogos de la morgue. Se aplicaron métodos y técnicas estandar de la Antropología Física para la estimación del sexo, edad, cálculo de la cantidad de individuos, relevamiento de traumas, patologías óseas y dentales, lo cual brindó información para la realización de un perfil biológico. Por otra parte, se realizó un relevamiento de variables tafonómicas para evaluar los procesos de formación de sitio, contexto de entierro y tiempo postmortem para evaluar la antigüedad de los restos.A partir de dichos estudios, se observó que todos los restos se encontraban completamente esqueletizados, sin evidencias de tejidos blandos. En general, el patrón uniforme de conservación sugiere que han estado enterrados en un contexto estable. Los huesos largos presentaban considerable pérdida ósea, principalmente del tejido óseo esponjoso. La mayoría carecía de epífisis debido a procesos tafonómicos postmortem. Muchos se fracturaron durante la exhumación debido a la acción antrópica. Las improntas de raíces afectaban la gran mayoría de los huesos, en un grado moderado a fuerte, con una amplia distribución, complicando la observación de la superficie cortical. Los depósitos de manganeso se observaron en muy pocos huesos de forma leve. No se registraron depósitos de carbonato. Muchos huesos presentaban la superficie cortical con estrías leves, modificaciones atribuidas a la acción del agua (ej. aguas subterráneas). Además presentaban adherencia de sedimentos limo arcilloso, procedente de la matriz sedimentaria donde estaban inhumados. No tienen señales de haber estado expuestos a la intemperie y tampoco presentaban marcas de carroñeros. Se estableció que, en el conjunto óseo, están representados un mínimo de 6 individuos incompletos, de los cuales tres son femeninos, uno masculino, y dos de sexo indeterminado. Respecto de la edad, dos de los individuos femeninos tienen entre 50 y 55 años, el individuo masculino tiene entre 40 y 50 años, uno de los fémures era de un individuo subadulto con una edad estimada entre 5 y 10 años, y los dos individuos restantes son adultos (mayores de 20 años), pero no se pudo precisar la edad por falta de estructuras diagnósticas. Los dientes observados de las dos mandíbulas y del maxilar, tienen un grado muy avanzado de desgaste, tanto en la dentición anterior como en la posterior, el tipo de desgaste es plano. Además, se observó presencia de enfermedad periodontal y algunas pérdidas de dientes premortem, probablemente por el alto grado de desgaste. No se registraron caries. Se observó periostitis en los fémures de dos individuos femeninos, probablemente se debe a un proceso infeccioso sistémico, las lesiones estaban remodeladas al momento de la muerte.A partir de la evidencia tafonómica, del perfil demográfico, del contexto de hallazgo y los antecedentes arqueológicos del área, proponemos que los restos hallados en Agrelo corresponden a entierros humanos de épocas prehispánicas concordante con las poblaciones nativas que habitaron la región. La evidencia tafonómica indica una gran antigüedad de los restos a juzgar por su avanzado deterioro y modificaciones de la superficie ósea. Los perfiles osteobiográficos, específicamente las edades de muerte e indicadores de salud oral observados, son concordantes con los patrones documentados para sociedades cazadoras-recolectoras del área. Por otra parte, la profundidad del entierro a unos 4 metros aproximadamente corresponde a los estratos sedimentarios de más de 2.000 años antes del presente. Las condiciones de salud, indican una dieta basada en alimentos duros, fibrosos que producen altas tasas de desgaste y una muy baja ingesta de carbohidratos por la ausencia de caries. La morfología ósea indica una condición física grácil. Se detectó presencia de un proceso inflamatorio y/o infeccioso en los fémures de dos individuos femeninos.Finalmente, a partir de dicha investigación el fiscal a cargo de la causa determina que los restos, al ser de interés arqueológico, deben ser trasladados a un repositorio patrimonial para su correcta preservación. Por lo que fueron depositados en el Instituto de Arqueología y Etnología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo, donde actualmente continúan bajo estudio de los especialistas. Esta investigación da cuenta de la importancia del trabajo integrado entre distintas disciplinas y del aporte que pueden realizar a la justicia los especialistas que realizan investigación básica dentro de otros ámbitos, como son las universidades.

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