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Se propone una mirada inicial en torno al enfoque sobre las variedades americanas del español en una obra dialectológica de referencia como la de Alonso Zamora Vicente, especialmente a partir de su estancia como director del Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires y asimismo de la revista que lanzó desde esa posición, y aún continúa vigente como publicación de referencia en el campo, Filología. Discípulo de Menéndez Pidal, y con él de la empresa filológico-lingüística que modela el siglo XIX centroeuropeo, la pregunta por la lengua y la literatura es en Zamora Vicente una pregunta por la tradición como aquel lugar donde se define la relación entre lengua y comunidad política. La tradición como reposición, construcción de una continuidad en el tiempo y una expansión en el espacio, provista de sentido por esa noción de la comunidad, de la unidad común que es, al mismo tiempo susceptible de ordenamientos jerárquicos más o menos precisos. La generación de Zamora, sin embargo, se forma en el apogeo de la escuela filológica española, pero vive también la interrupción de esa continuidad, el corte en la transmisión de conocimiento, la destrucción y vaciamiento de los espacios consolidados de formación y producción de conocimiento científico que Menéndez Pidal y sus discípulos habían desarrollado en las décadas previas a la guerra civil. Así, se propone un análisis del enfoque sobre el español de los americanos y los rasgos específicos de su descripción, así como las decisiones metodológicas tomadas en ese sentido, signado por el esfuerzo por construir una continuidad y una comunidad, por aunar una política lingüística (monoglósica, centrada en Castilla) con una política científica (la de la escuela de Madrid) en la diáspora y luego en el contexto de la dictadura franquista.

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