INVESTIGADORES
BENEDETTI Alejandro Gabriel
capítulos de libros
Título:
El turismo, la nueva panacea del desarrollo. Cooperación y paradiplomacia en el espacio fronterizo circumpuneño
Autor/es:
TANIA PORCARO; ALEJANDRO BENEDETTI
Libro:
Relaciones transfronterizas y paradiplomacia en América Latina: aspectos teóricos y estudio de casos
Editorial:
RIL editores
Referencias:
Lugar: Santiago de Chile; Año: 2016; p. 274 - 300
Resumen:
El extremo noroeste argentino (provincia de Jujuy), el suroeste de Bolivia (departamento de Potosí) y un sector del norte de Chile (región de Antofagasta) mantuvieron desde tiempos coloniales diferentes formas de vinculación, fundamentalmente a través de redes de arriería, circuitos de caravanas, rutas de pastoreo y diferentes formas de tráfico de mercancías y personas. Más cerca en el tiempo, el trazado de ferrocarriles, de rutas internacionales y de ejes de integración rearticularon este espacio, que hoy, como se verá en este artículo, es lugar para el desarrollo, todavía en ciernes, de actividades turísticas ligadas a atractivos de las comunidades rurales y los salares, salinas, montañas y valles de este sector cordillerano ubicado en torno al Trópico de Capricornio. Un rasgo común a todas esas movilidades es el ir y venir por zonas que se ubican a diferentes pisos altitudinales. En el centro de ese espacio se encuentran las tierras altas, que desde el siglo XVIII al presente, en la tradición regional, se fueron denominando alternativamente como despoblado, puna o altiplano. Como forma de denominación a esta área distribuida en esos tres países, utilizaremos la expresión triple frontera circumpuneña (González Miranda, 2009; Benedetti, 2007) o, más genéricamente, espacio fronterizo circumpuneño (en adelante, EFC). Se pone foco en la puna, a partir del cual se puede reconocer un dilatado espacio de límites flexibles que se extiende, inclusive, a la provincia de Salta (Argentina), al departamento de Tarija (Bolivia) y a la región de Tarapacá (Chile), en función del alcance de los procesos estudiados y de las diferentes vinculaciones históricas. El espacio circumpuneño suele ser presentado como un área signada por continuidades y discontinuidades de larga duración. En la etapa precolombina, la cordillera andina había sido de importante actividad y mantuvo una centralidad renovada con la explotación minera de fines del siglo XIX que reorganizó las movilidades tradicionales en torno al abastecimiento de animales y forrajes hacia estos centros de consumo. Las dinámicas de intercambio y movilidad precolombinas permitieron el desarrollo de un espacio de integración económica, cultural y social, cuya vinculación continuó, bajo diferentes modalidades, luego de la independencia y formación de las repúblicas (Conti, 2011). Recién hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX se produjo cierta fragmentación de este espacio, a partir de las transformaciones tecnológicas, el fortalecimiento de los mercados nacionales y la definición de políticas de seguridad en las fronteras por parte de los estados nacionales (controles migratorios, aduaneros y fitosanitarios al ingreso y egreso de personas y bienes entre los territorios nacionales), provocando algunas discontinuidades y asimetrías espaciales. A lo largo del siglo XX, la consolidación de los mercados nacionales y los conflictos bélicos provocaron reorientaciones centrífugas con respecto a este espacio, principalmente en el caso de Argentina y Chile (Amilhat-Szary, 2004; Guyot, 2012). Durante este proceso de consolidación de los territorios nacionales, el EFC tendió a constituirse, dentro de cada país, con una función económica y social secundaria, pero satelizada, con respecto a los centros de poder ubicados a gran distancia de allí. El EFC mantuvo una situación de baja densidad de asentamientos, con localidades generalmente pequeñas y con capitales de niveles intermedios lejanas a los límites internacionales (Benedetti y Laguado, 2013; Benedetti 2014b). Si bien las vinculaciones ente los distintos sectores nunca fueron interrumpidas por completo (Amilhat-Szary y Guyot, 2009), en la actualidad se asiste a un aparente retorno a las articulaciones en este sector del espacio andino, a partir de una revitalización de ejes comerciales y la apertura de rutas transversales en el contexto de integración sudamericana, fenómeno que se inscribe en determinaciones políticas y, principalmente, económicas (Amilhat-Szary, 2004). En este contexto, el EFC ingresó, hacia fines de la década de 1990 y comienzos de 2000, en una dinámica de interconexión originada en la práctica turística, lo que modificó las formas de recorrer el área a partir de visitas combinadas entre los tres países, protagonizadas, principalmente, por turistas europeos (Amilhat-Szary y Guyot, 2009). Esto se relaciona con las mejoras en la infraestructura vial y servicios de transporte, pero también con la valorización turística de diferentes sitios que se constituyeron en atractivos destacados de cada país desde la década de 1990. Dicha valorización es el resultado de múltiples procesos que llevan a la selección y adecuación de sitios en función de lógicas definidas, en gran medida, por las sociedades consumidoras de productos turísticos, y en los que participan organismos públicos y agentes económicos (Almirón, Bertoncello y Troncoso, 2006).La construcción de la atractividad en el EFC fue motorizado, en gran parte, por iniciativas de patrimonialización y conformación de áreas protegidas. Estos atractivos ofrecen notables continuidades, con características similares o complementarias: Quebrada de Humahuaca, Salinas Grandes y, en menor medida, Reserva de Biósfera Laguna de Pozuelos (Argentina); Salar de Atacama, Géiser del Tatio y Reserva Nacional Los Flamencos (Chile); Salar de Uyuni y Reserva Nacional de Fauna Eduardo Avaroa (Bolivia). Acompañando este proceso, las agencias de viajes de la zona desarrollaron una amplia oferta de viajes combinados, conformando un circuito articulado por un recorrido, relativamente fijo, que instala determinados destinos en una situación privilegiada. Actualmente, el EFC es atravesado por múltiples dinámicas que se iniciaron en las décadas de 1980 y 1990, y encuentran un mayor auge a comienzos del siglo XXI. Por un lado, se inició un cambio en la orientación de la política exterior a partir de una mayor integración entre los países sudamericanos. Por otro lado, se activaron políticas nacionales de descentralización político-administrativa que otorgaron una mayor autonomía a los gobiernos intermedios y locales en su accionar internacional (Celata, Coletti y Sanna, 2013). Cabe aclarar que se utiliza el término intermedio para hacer referencia a los niveles de gobierno y de la administración pública entre el nacional y el local, correspondiente al provincial en Argentina, departamental y provincial en Bolivia, regional y provincial en Chile. Los niveles locales reciben la denominación de municipio en Argentina y Bolivia y de comuna en el caso de Chile. La confluencia de ambos procesos dio como resultado el creciente posicionamiento de los gobiernos de esos niveles como protagonistas de las relaciones exteriores, dando origen a una paradiplomacia circumpuneña. Las aproximaciones a la problemática de la vinculación turística de Argentina con países limítrofes son escasas, con algunos ejemplos en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay (Cammarata, 2009; Rhi-Sausi y Oddone, 2010), y en la Patagonia norte argentino-chilena (Lolich, Vejsbjerg y Ponte, 2011; Zunino, Matossian e Hidalgo, 2012). Una parte considerable de la producción académica indaga sobre procesos de integración en los Andes Centrales, con algunas referencias al turismo, la mayoría de ellos focalizados en la Alianza Estratégica Aymaras sin Fronteras, entre Bolivia, Chile y Perú (Meza, 2008; González Miranda, Rouvière y Ovando, 2008; Cors Muñoz, Masera y Medalla Araya, 2009; Bello Arellano, 2012; Amilhat-Szary, 2009; Rouvière, 2009). Algunos aportes al estudio del turismo en la región transfronteriza de Argentina, Bolivia y Chile indagan sobre la emergencia de una región trinacional con eje en los procesos turísticos, los conflictos sociales suscitados y su vinculación con otras dinámicas económicas y sociales (Amilhat-Szary y Guyot, 2009; Guyot, 2012), o bien en la relación entre turismo y frontera entre el norte argentino y el sur boliviano (Benedetti y Salizzi, 2011). De todas formas, los aportes en este sentido aún son escasos y no han profundizado en las dinámicas de integración transfronteriza o en las vinculaciones entre paradiplomacia y turismo.El presente trabajo, de tipo exploratorio, tiene como objetivo analizar los procesos de integración turística en la triple frontera de Argentina, Bolivia y Chile, desde la década de 1990, a la luz de las transformaciones económicas y políticas suscitadas por los procesos de integración entre estados, la descentralización político-administrativa y el auge de la paradiplomacia. El análisis se centra en dos ejes principales. Por un lado, la conformación de un circuito turístico en este espacio fronterizo y, por el otro, el desarrollo de proyectos de cooperación turística por parte de entidades de nivel local, intermedio y nacional. Para alcanzar este objetivo se recurrió al análisis de documentos producidos por instituciones de los estados nacionales y subnacionales involucrados (informes estadísticos, planes de desarrollo económico y territorial), de organismos multilaterales (Actas de Comités de integración, Actas de comisiones de turismo de ZICOSUR, documentos de la IIRSA), documentos técnicos de ONG y organismos de financiamiento (URB-AL, Nueva Gestión, Fundación Autapo) y sitios web de promoción y venta de productos turísticos (autoridades de turismo, asociaciones y redes de turismo y agencias de viajes). También se realizaron entrevistas a informantes calificados de ONG (Nueva gestión, ADESO), a funcionarios de gobiernos municipales (Desarrollo productivo y medio ambiente de Villazón/Bolivia, Comisionado de Santa Catalina/Argentina), autoridades de turismo municipales y provinciales (Villazón y Tupiza/Bolivia, La Quiaca/Argentina), representantes consulares (Cónsul argentina en Villazón) y prestadores turísticos (agencias de viajes receptivas, hoteleros, gastronómicos, artesanos). Parte de la información también surge de relevamientos propios en el terreno y de entrevistas informales a informantes clave.En este capítulo se analiza, en primer lugar, el marco general de los procesos de integración, las relaciones de cooperación y la paradiplomacia en el sur sudamericano y se presenta, a continuación, una breve caracterización del área de estudio. Luego, se esboza brevemente la historia del turismo en el EFC y se realiza una descripción del circuito turístico en ciernes. Finalmente, se presenta un análisis de los proyectos de integración turística formulados por organismos gubernamentales y no gubernamentales y su incidencia en el desarrollo del turismo en el área.