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El sector oriental de la Puna de Atacama se anexó al Estado argentino en el noveno día del Siglo XX y, durante cuatro décadas, constituyó una de las diez gobernaciones en las que se dividieron los territorios conquistados en el período de consolidación del Estado argentino. Se organizó bajo la denominación de Territorio Nacional de Los Andes, y estaba pensado como un dispositivo transitorio hasta que reuniera ciertos atributos que permitieran que este territorio se transforme en una provincia federal. Sin embargo, la falta de progreso económico para los parámetros de la época y, probablemente antes que eso, su condición de territorio árido y montañoso ubicado en los márgenes del territorio nacional, fueron las razones que llevaron en 1943 a su fragmentación. Desde entonces, constituyó una región marginal, ya no sólo en el contexto del territorio nacional, sino de los territorios provinciales. La organización del Territorio de Los Andes había propiciado la creación de cierta infraestructura de circulación centrada en San Antonio de los Cobres (capital del Territorio), que perduró por varias décadas, dificultando las comunicaciones de Susques o Antofagasta de la Sierra con San Salvador de Jujuy o Catamarca respectivamente. Durante el último régimen militar, se construyeron rutas que mejoraron las condiciones de accesibilidad de esos pueblos con sus respectivas capitales provinciales, sin por eso revertir la situación de marginalidad.En este artículo se ensaya una interpretación de la forma en que este sector de la Puna de Atacama se anexó al territorio argentino bajo la forma de Territorio Nacional (que puede ser visto como un éxito de la diplomacia Argentina), y algunas de las razones que llevaron a la disolución del mismo en lugar de proceder a su provincialización (que puede ser visto como el fruto de un fracaso económico).

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