INVESTIGADORES
BENEDETTI Alejandro Gabriel
capítulos de libros
Título:
Territorio: concepto integrador de la geografía contemporánea
Autor/es:
ALEJANDRO BENEDETTI
Libro:
Territorio, Lugar, Paisaje. Prácticas y conceptos básicos en geografía
Editorial:
Col. Libros de Cátedra, FFyL, UBA
Referencias:
Lugar: BUENOS AIRES; Año: 2011; p. 11 - 82
Resumen:
El objetivo de este capítulo es analizar las formas en que se empleó la categoría territorio en la tradición de pensamiento académico geográfico, en diálogo con otras tradiciones de pensamiento, como el de la planificación. Se trata de un concepto sobre el cual todavía predomina una cierta falta de reflexividad e interés transdisciplinario. Todavía es muy común que en los estudios sociales se empleen categorías espaciales y que se preste poca o ninguna atención a la producción teórica desarrollada recientemente en el campo de la geografía académica. Persisten, aún, nociones que parecen provenir del saber escolar o de concepciones elaboradas en el sentido común. En general, se suelen recuperar perspectivas clásicas sobre el espacio. Probablemente, esto derive de una dificultad que pueda tener la comunidad geográfica de divulgar su producción entre pares de otras disciplinas. En 1994 Milton Santos anunciaba en una de sus últimas publicaciones ?el retorno del territorio? y, poco tiempo atrás, el urbanista André Corboz había anticipado que el territorio estaba de moda. Durante la década de 2000, este concepto -sea por razones epistemológicas, sea por motivos epistemofílicos (por considerar que ?hay que usarlo?)- se fue difundiendo en las ciencias sociales y fue ampliamente incorporado en los estudios sociológicos, antropológicos e históricos. Dentro de la administración pública se crearon oficinas que llevan el término ?territorio? o ?territorial? en su denominación o en alguna de sus políticas. Numerosos títulos de publicaciones académicas o de programas de investigación incluyen territorio. En Latinoamérica surgieron al menos seis revistas nombradas territorio, territorial o socioterritorial. Muchas acciones impulsadas por organismos internacionales de crédito se realizaron desde los llamados ?enfoques territoriales?. La geografía en las escuelas comenzó a tener, cada vez más, al territorio y no a la región -como ocurría décadas atrás- como principal concepto ordenador de los contenidos a enseñar. El territorio se ha convertido en un fetiche de las ciencias sociales, profusamente utilizado, la más de las veces de forma irreflexiva. Un ejemplo interesante lo brinda Alejandro Grimson. Con el prometedor título de ?Hacia una agenda territorial para un nuevo escenario regional?, Grimson (2008:88) afirma: ?si pensamos el Bicentenario como una oportunidad extraordinaria para intentar un camino de debate productivo acerca de un proyecto nacional, la dimensión territorial constituye un capítulo ineludible?. Seguidamente, se refiere a la ?cuestión territorial? entendida como ?modo de mirar relaciones sociales y transformaciones culturales, en un contexto específico, habitualmente llamado globalización y regionalización?. Al revisar todo el artículo, el concepto territorio, que pareciera clave a partir de lo enunciado en el título, aparece utilizado en forma banal, desvinculado por completo de las discusiones contemporáneas sobre las relaciones de poder, el despliegue espacial de las empresas o los procesos de apropiación y transformación del medio natural. Es común el uso indiscriminado y poco cuidadoso de este concepto o su sustitución por espacio social, lugar o región . Este trabajo revisará las principales aproximaciones a las conceptualizaciones sobre el territorio. En particular, se reflexionará sobre cómo se pensó tradicionalmente a esta categoría, particularmente en el campo de la geopolítica. El énfasis estará puesto en los estudios geográficos y geopolíticos de occidente, con una mirada sobre su influencia en la geografía vernácula y latinoamericana. En un intento por sistematizar las formas en que se trabajó con el concepto de territorio, se pueden diferenciar dos concepciones generales, cada una de las cuales sostiene una de las nociones básicas del espacio: el espacio absoluto y el espacio social. La concepción absoluta del espacio es sostenida por la llamada geografía clásica o positivista. El espacio es entendido como un soporte natural para la vida del hombre, como un contenedor de objetos y sujetos, una materia inerte que es modificada por la sociedad a la vez que la modifica. En esta concepción, el interés está puesto, sobre todo, en la relación hombre/naturaleza, expresadas estas categorías de diferentes maneras: como sociedad/naturaleza, Estado/suelo, pueblo/territorio, géneros de vida/medio. En definitiva, parten de una idea naturalista del espacio, por lo que a estos enfoques se los denominará, en este trabajo, como concepciones naturalistas. Las geografías analíticas, de mediados del siglo XX, no utilizaron, centralmente, la categoría territorio; no hubo una propuesta conceptual del territorio al abrigo de esta tendencia que fue hegemónica en la geografía de posguerra. Las que aquí se denominarán concepción crítica, remite a aquellos enfoques surgidos a partir de la década de 1970 y, fundamentalmente, desde mediados de la de 1980. En los enfoques así englobados sobrevuela la idea de que el espacio es una construcción social. En la geográfica académica hubo un progresivo abandono de la perspectiva naturalista del espacio y un mayor interés por proponer una disciplina social. Esto llevó a desvincular al territorio de proposiciones ligadas a la biología, la geomorfología o la climatología. Aún así, el territorio sigue siendo usado en los estudios ambientales, a veces con enfoques naturalistas. En definitiva, al conjunto de enfoques sobre el territorio surgidos en las últimas décadas se los señalará como concepciones críticas.