INVESTIGADORES
BENEDETTI Alejandro Gabriel
artículos
Título:
Incorporación de nuevas tierras durante el período de conformación básica del agro moderno en Argentina: el Territorio de Los Andes, primeras décadas del siglo XX
Autor/es:
BENEDETTI, ALEJANDRO
Revista:
MUNDO AGRARIO
Editorial:
Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS), Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (UNLP)
Referencias:
Lugar: La Plata; Año: 2006
ISSN:
1515-5994
Resumen:
En el período 1880 a 1914 la Argentina se convirtió en un importante país productor y exportador de carnes y cereales. El conjunto de las principales zonas donde se criaba ganado bovino y ovino, y se cultivaba cereales, se configuraron en lo que hoy se conoce como región pampeana. Pero también es el período de consolidación de las llamadas economías regionales, es decir, las estructuras productivas que caracterizaron al desarrollo económico y social de regiones que se ubicaron en el llamado interior del país, la vasta parte del territorio argentino que se encuentra fuera del área pampeana. Dentro de las economías regionales extra pampeanas pueden diferenciarse aquellas que formaban las provincias históricas, buena parte de lo que fue el territorio de la Argentina hasta 1880. Se trata de las seis provincias del noroeste, Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca y La Rioja, y las de cuyo, Mendoza, San Juan y San Luis. Haciendo una gran simplificación, en este período el noroeste se conformó como una región agroindustrial por el auge de la producción azucarera, mientras que el Cuyo se caracterizó por la consolidación de una estructura productiva centrada en los vinos y aguardientes. Se trata de una simplificación, ya que en ambas regiones también existió una pampeanización productiva, por la orientación de muchos productores a la cría de ganado que, en ambas regiones, se destinaba en gran proporción al mercado chileno. En ambas regiones también tuvo importancia el sector minero y la ganadería para exporta a Chile. Sin embargo, los sectores más representativos de las elites provinciales provinieron de los ingenios y de las bodegas. La tercera región dentro del núcleo original de la Argentina estaba constituida por las provincias litorales de Corrientes y Entre Ríos, las cuales tuvieron en este período vinculaciones más estrechas con la economía pampeana, aunque no experimentaron el mismo ritmo de crecimiento que otras provincias, especialmente Buenos Aires. Tanto las economías regionales no pampeanas como la pampeana se consolidaron y crecieron notablemente en este período. Entre las razones pueden señalarse la incorporación de los capitales británicos, el aporte de la inmigración europea, la creación de la infraestructura básica de circulación (ferrocarriles y puertos) y la expansión de la frontera agropecuaria, la cual estuvo precedida o acompañada por la expansión de las fronteras territoriales sobre los espacios controlados por sociedades indígenas. Se trata de las grandes campañas de exterminio, encaradas por Roca y Victorica, hacia el sur y hacia el norte respectivamente, y la expansión territorial hacia el noroeste originada por los acuerdos de límites con Chile y Bolivia. La expansión del núcleo territorial representó la incorporación, entre las décadas de 1880 y 1900 de aproximadamente 1,2 millones de kilómetros cuadrados, un valor similar al que tenía la Argentina en la década de 1860 (Ministerio del Interior, Memoria 1901 a 1904:29). Este formidable crecimiento de la superficie bajo control del Estado argentino significó una oportunidad de incorporación de tierras con características agro-ecológicas muy diversas para la producción agropecuaria, incluyendo selvas, bosques subtropicales, praderas, estepas y desiertos. A la vez, buena parte de las tierras que ofrecían aptitudes agroganaderas limitadas, contenían algunos minerales explotables con rentabilidad, entre los que se va a destacar, con el tiempo, el petróleo. La incorporación de nuevas tierras constituyó un tema central para el Estado nacional, ya que las mismas fueron puestas bajo la administración directa del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) como es sabido, las tierras conquistadas con la Guerra de la Triple Alianza y, fundamentalmente, con las campañas militares de la década de 1870 y 1880 se organizaron bajo el estatuto jurídico de Territorio Nacional, que en 1900 totalizaron diez. En 1884 se sancionó la Ley 1532, la cual organizó institucionalmente el funcionamiento de las gobernaciones. Para el PEN supuso la incorporación de los Territorios Nacionales en la agenda de gobierno de muchos de sus funcionarios, particularmente los del Ministerio del Interior, para regular los aspectos institucionales, y el Ministerio de Agricultura, para regular diversos aspectos vinculados con la producción. Entre las décadas de 1880 y de 1950 cerca de la mitad del país estaba conformado por los Territorios Nacionales. Esto es así, si se considera la superficie de las jurisdicciones. No obstante, el peso poblacional y del PBI de los Territorios Nacionales era bastante reducido. De cualquier manera, muchos de esos Territorios Nacionales, en particular La Pampa, Chaco, Neuquén y Río Negro, fueron concentrando un poderío económico y político superior al de muchas provincias, como Catamarca, La Rioja o Jujuy. Pero el objetivo de este trabajo no es analizar el peso de los Territorios Nacionales en la economía nacional, sino ver de qué manera el Estado nacional intervenía en los nuevos territorios incorporados, tomando por caso a uno de ellos, el Territorio de Los Andes. En particular se analizará la participación del Estado nacional en la puesta en valor de los recursos productivos del territorio citado, a través del Ministerio de Agricultura. Creado en 1900 tras la incorporación de una vasta porción del territorio de la Puna de Atacama, disputado a Chile, Los Andes revistió características que lo diferenciaban del resto de los Territorios Nacionales. Se trataba de un ámbito geográfico prácticamente desconocido, apenas explorado durante el siglo XIX. El Estado argentino no pretendía ese espacio con anterioridad al desenvolvimiento de la Guerra del Pacífico. Otro rasgo era que, en su totalidad, carecía de potenciales agro-ecológicos que permitieran una expansión de los cultivos o la ganadería pampeana. Como se verá más adelante, llamas, vicuñas y chinchillas eran la principal riqueza faunística y ganadera de la región, cuya explotación careció de todo estímulo posible. En cambio, en este páramo de altura se encontraba un importante yacimiento borato, que tampoco logró explotarse en forma significativa durante la existencia de la Gobernación. Otra particularidad de este Territorio Nacional es que, al cabo de cuatro décadas, se disolvió institucionalmente y fragmentó territorialmente, al distribuirse entre las tres provincias linderas (Jujuy, Salta y Catamarca). Por qué desapareció Los Andes en lugar de transformarse, como el resto, en una provincia se explica, en gran medida, por las políticas (por acción u omisión) implementadas desde el Ministerio de Agricultura. Esta cuestión, en parte, responde a la falta de desarrollo significativo de alguna actividad productiva, cuestión que será analizada en este artículo.