INVESTIGADORES
CAMPO javier Alberto
capítulos de libros
Título:
El cine argentino del "volver"
Autor/es:
CAMPO, JAVIER
Libro:
Los cines de América Latina y el Caribe (Parte 2, 1970-2010)
Editorial:
Ediciones Escuela Internacional de Cine y TV
Referencias:
Lugar: San Antonio de los Baños; Año: 2013; p. 149 - 151
Resumen:
El cine argentino del período de la restauración democrática, pos 1983, estuvo cruzado por las secuelas dejadas en el cuerpo social por la dictadura más sangrienta que haya conocido el Cono Sur. Biográfico y autobiográfico ese cine fue hecho por directores, guionistas, actores y técnicos que en buena parte habían tenido que exiliarse para salvar su vida. Aunque el tema de este apartado sea el cine realizado y estrenado al regreso al país (que denominamos el cine del "volver" argentino), resulta interesante mencionar que algunos cineastas exilados no se quedaron de brazos cruzados y denunciaron a la dictadura a través del cine en su destierro. Cine de la Base, grupo que fundara Raymundo Gleyzer (desaparecido en mayo de 1976), realizó Las AAA son las tres armas (1977) en Perú; Jorge Cedrón, en Francia, dirigió Resistir (1978) y Tango (1979) antes de morir en circunstancias nunca esclarecidas; Gerardo Vallejo filmó en España Reflexiones de un salvaje (1978); Rodolfo Kuhn hizo en el mismo país El señor Galíndez (1983); Humberto Ríos, en México, Esta voz... entre muchas (1979) y Jorge Giannoni finalizó en Cuba Las vacas sagradas en 1977. En este sentido podríamos denominar a este conjunto de films como el "cine del exilio", mientras que a diferencia de éste parte del cine de la transición democrática solo se dedicó al exilio como problemática. Lo cierto es que las imágenes del regreso a la Argentina comenzaron a aparecer poco antes de que finalizara la dictadura gracias a los mismos cineastas que, con credenciales proveídas por productoras extranjeras, documentaron las transformaciones de un país que ya no sería el mismo. Los documentales en cuestión serían Todo es ausencia (Rodolfo Kuhn, 1984), Malvinas, historia de traiciones (Jorge Denti, 1983) y Cuarentena, exilio y regreso (Carlos Echeverría, 1984). Paradójicamente estos films tan significantes sobre un período candente de la historia argentina no fueron difundidos en el período democrático y aún hoy pocos espectadores, más allá de críticos e investigadores en cine, los han visto. En cuanto, específicamente, al cine del "volver", en el conjunto de films algo queda claro: el país que se dejó ya no existe, "todo está en ruinas... lo único que queda es nuestra memoria" repite uno de los protagonistas de Las veredas de Saturno (Hugo Santiago, 1986). Las vivencias de los exilados son las de aquellos que piensan el país sin estar en él, que no quieren estar dónde están pero que no pueden volver a donde quieren estar. Y en esa tormenta de sentimientos los exilados viven con culpa que su suerte sea la contrapartida de la de los compañeros desaparecidos y asesinados. Cada gota de vino y cada miga de pan serán cianuro y espinas. Por eso es que volver del exilio será para los protagonistas de los films (y para los directores y actores también), volver de la muerte. Es posible dividir entre aquellos films en los que ?se vuelve? de aquellos en los que no. En este segundo grupo se encuentra una de las películas insignia del período, El exilio de Gardel (1985) de Fernando "Pino" Solanas. El ya experimentado realizador había salido al exilio con su anterior film, Los hijos de Fierro, bajo el brazo para terminar de montarlo en Francia (recién estrenado en la Argentina en 1984), lugar en donde comenzó a producir El exilio de Gardel. Luego de varios años pudo finalizar esta tanguedia (contracción de tango-tragedia-comedia, en los términos de Solanas) en 1985 para echarla a andar por el mundo y cosechar con ella varios premios internacionales (en los festivales de Venecia, Biarritz y La Habana, entre otros). A pesar de los padecimientos del destierro, para Solanas el exilio es tiempo de arriar banderas para proyectar el futuro más clara y esperanzadamente.