Memoria colectiva, cine colectivo

CAMPO, JAVIER

Cine documental, memoria y derechos humanos

Nuestra América / Ediciones del Movimiento

Lugar: Buenos Aires; Año: 2007; p. 47 - 68

El cine representa memorias colectivas y favorece la construcción de las mismas. Pero también sucede periódicamente que el interés del grupo realizador se vuelca por una obra individual (individualista) que trata experiencias particulares desligadas de contextos sociales y encorsetada temporalmente. Parafraseando a Milan Kundera, se puede decir que "el documental puede ser ese eterno aliado en la lucha contra el poder. La lucha contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido" (en Melo, 1997). El interés de este trabajo es explorar el cine militante que resurgió en los 90’ en la Argentina, en una corriente más amplia de nuevos documentalistas que se propusieron registrar las luchas sociales sirviendo a la revalorización de las memorias colectivas. Trataremos de indagar a ese cine y sus esfuer- zos por la construcción de memorias colectivas despegadas de las versiones de la "Historia oficial". Para el análisis de films, y sus "usos" del pasado, es imprescindible considerar a la memoria como proyección de prácticas y al rescate de las mismas como una utilización colectiva que "responde a necesidades del presente" (Méndez, 2005: 6). Es decir, el trabajo de reconstrucción de la memoria en el cine parte de unos marcos que son sociales, o sea, compartidos. Desde el presente hacia el pasado se trata de trabajar una memoria colectiva. Estas tareas que emprende la memoria no pueden ser externas a los sujetos a la manera de una imposición sobre las conciencias porque, siguiendo a Maurice Halbwachs, es primordial el carácter socio-comunicativo de la memoria construida colectivamente (en Méndez, 2005: 65). El grupo es un elemento fundamental, por ello no hay una memoria unívoca sino memorias que responden a marcos históricos y grupos diferentes. La diferencia entre narraciones que apelan a una memoria individualista y otras que ayudan a la construcción de memorias colectivas la "marca el contraste entre la autobiografía individualizada y el testimonio de un yo en plural, representativo de una condición social y de un escenario de luchas políticas" (Jelin, 2001: 92).