El Grupo Mendoza a la latitud del río Diamante

TUNIK, MAISA; AGUIRRE URRETA, MARIA BEATRIZ; CONCHEYRO, ANDREA

La Plata

Congreso; Congreso Geológico Argentino; 2005

La cuenca Neuquina es una cuenca de retroarco que se formó en el margen convergente de Sudamérica a partir del Triásico superior (Legarreta y Uliana, 1991, 1999) y es una de las cinco cuencas andinas mesozoicas ubicada a lo largo de los Andes Chileno-Argentinos (Aguirre-Urreta, 1993).  El relleno de la cuenca ha sido dividido en tres superciclos sedimentarios (Groeber, 1953): Jurásico (Triásico superior – Jurásico superior), Ándico (Jurásico superior – Cretácico inferior) y Riográndico (Cretácico superior - Paleoceno). Este trabajo se concentra en la sección superior del ciclo ándico representada por las sedimentitas agrupadas en el Grupo Mendoza.             A la latitud del río Diamante (34° S), en la provincia de Mendoza se puede estudiar en detalle al Grupo Mendoza de edad tithoniana-barremiana. El objetivo del presente trabajo es brindar detalles acerca de la evolución de este grupo a través del análisis de secciones estratigráficas y correlación de perfiles. Se dan a conocer tres perfiles: Cerro Amarillo, Arroyo La Carpa y Lomas Bayas, en los que se describe la sucesión sedimentaria, con indicación de los  megafósiles y nanofósiles calcáreos presentes. Se discuten las relaciones de estas secciones, ubicadas en una transecta de rumbo aproximado oeste-este, para una mejor comprensión de la evolución de la cuenca neuquino-surmendocina a estas latitudes. El sustrato en el que se apoyan las sedimentitas del Grupo Mendoza varía en función de la posición paleogeográfica de la sección analizada. En la sección ubicada más hacia el este (Lomas Bayas) el Grupo Mendoza se inicia con conglomerados asignables a la Formación Lindero de Piedra en discordancia sobre el basamento, seguidos por la Formación Chachao.  Unos kilómetros hacia el noroeste, en la localidad Arroyo La Carpa, la sucesión comienza con los conglomerados de la Formación Lindero de Piedra, que se apoyan sobre los clásticos continentales de la Formación Tordillo. Más al oeste aún, en Cerro Amarillo, se observa un típico desarrollo de la Formación Vaca Muerta apoyándose sobre las areniscas de la Formación Tordillo. Los potentes espesores de la Formación Vaca Muerta reconocidos en esta última localidad ponen en evidencia una marcada profundización de la cuenca hacia el oeste para el Jurásico tardío-Cretácico temprano, en forma coherente con los sectores adyacentes tanto hacia el norte del río Diamante y como al sur. En el sector inmediatamente al norte, correspondiente a Morro de Cuero, ubicado al norte del río Diamante, se observan potentes espesores en la Formación Vaca Muerta, así como hacia el sur en el arroyo Las Yeseras, al norte del río Atuel. La identificación en todas estas latitudes de una rápida subsidencia hacia el oeste, común a todo el margen de la cuenca, permite desestimar la presencia de la dorsal de Lomas Bayas propuesta por Schwarz et al. (2002) para este sector y que habría sido responsable de una supuesta compartimentalización de la cuenca. El desarrollo de la Formación Chachao es similar en todas las secciones estudiadas; está compuesta por bancos de packstones y grainstones con ostreidos, otros bivalvos y bioclastos en menor proporción. En forma neta, se observa el ahogamiento de la plataforma carbonática perteneciente a la Formación Chachao dando lugar a las pelitas calcáreas correspondientes a la Formación Agrio. En el área de estudio, un evento importante de inundación pudo ser diferenciado, como una superficie de traslape (onlap) sobre el basamento prejurásico, reconocible en la región oriental de la zona estudiada. La determinación de las asociaciones de facies permitió la reconstrucción paleoambiental para las sedimentitas de esta región, mientras que el contenido de la megafauna y algunos datos de nanofósiles calcáreos contribuyeron a determinar una más correcta cronoestratigrafía y paleogeografía para el Grupo Mendoza en esta región de la cuenca Neuquina.