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Se describen sucintamente las estructuras tectónicas más significativas del Macizo Nordpatagónico y la Precordillera Patagónica en el ámbito de la provincia de Chubut. Las principales estructuras en las rocas paleozoicas son foliaciones, pliegues y zonas de cizalla asociadas a las orogenias del Paleozoico inferior y superior, respectivamente. En el Mesozoico y durante el Triásico tardío hay evidencias de deformación al estado sólido en relación al emplazamiento del Batolito de la Patagonia Central en el norte de Chubut. Es a partir de la transición Triásico tardío a Jurásico temprano donde comienzan a dominar las grandes estructuras asociadas a regímenes regionales de extensión e inversión tectónica. Numerosas fallas normales en los depocentros de la cuenca Cañadón Asfalto fueron controladas por fajas de deformación gondwánicas, y una parte de ellas, fueron estructuras invertidas o reactivadas a través de estructuras contraccionales o transpresionales. Esta fase de inversión que está presente en afloramientos y subsuelo se asigna a la orogenia Patagonídica, puede fecharse con anterioridad a la depositación de la Formación Los Adobes durante el Barremiano. Reactivaciones de algunas fallas durante el Campaniano llevan asociado el desarrollo de sedimentación sinorogénica.Hacia fines del Cretácico y durante el Paleógeno, el evento magmático del Batolito Munro y el Cinturón Volcánico de Pilcaniyeu, fue controlado por estructuras extensionales de un rift instalado por encima del antiguo orógeno de los Patagonides. En el Macizo Nordpatagónico entre el Paleoceno y el Oligoceno y en el marco de un régimen extensional sin deformaciones internas significativas, habría ocurrido el levantamiento de la Altiplanicie de Somún Curá. A partir del Neógeno, la Precordillera Patagónica es reconfigurada como resultado del alzamiento extrandino de los Andes Nordpatagónicos. En varios sectores hay evidencias de superposición de estructuras miocenas con zonas de cizalla, fallas y pliegues pre-neógenos. Las estructuras neógenas son fallas inversas y pliegues que controlan la morfología de las sierras y cordones característicos de la precordillera, que alcanzan hasta los 1.800 m s.n.m. en Chubut. La orientación N-S y NO-SE de los distintos sectores de la Precordillera Patagónica se atribuye principalmente a heterogeneidades pre- neógenas vinculadas con fallas extensionales mesozoicas y paleógenas, controladas por fajas de deformación gondwánicas y a estructuras contraccionales vinculadas con las fases de inversión del Cretácico y Mioceno.

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