INVESTIGADORES
L'HEUREUX Gabriela Lorena
capítulos de libros
Título:
Circulación humana y modos de interacción al sur del río Santa Cruz
Autor/es:
BORRERO, L. A.; J. CHARLIN; R. BARBERENA; F. M. MARTIN; K. BORRAZO Y G. L. L'HEUREUX
Libro:
Arqueología del extremo sur de América del sur
Editorial:
DUNKEN
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2008; p. 155 - 174
Resumen:
Se presenta una evaluación preliminar del papel de la zonación espacial y elmodo de uso del espacio en un sector intermedio entre la zona pericordillerana y aquellaque incluye el Campo Volcánico Pali Aike (CVPA) y la costa. Este sector es esencialpara discutir no solamente la interacción entre estas regiones, sino para aclarar si esposible hablar de “zonas vacías” en esa área y su significado en términos de límitesentre poblaciones.El poblamiento y dispersión humanos tardíos en la Patagonia meridional estánrelacionados con una demografía humana baja. Nuestros trabajos previos indicaron laexistencia de zonación en el uso humano del espacio utilizando la procedencia dematerias primas líticas, isótopos estables sobre huesos humanos y otras propiedades delregistro arqueológico en general –como diseños de instrumentos- (Borrero et al. 2006a).Sin embargo, el patrón registrado es de ocupaciones intensas y redundantes muylocalizadas (“nodos” -generalmente en cuevas, con raras excepciones como LagunaThomas Gould, un sitio estratificado a cielo abierto [Massone 1989-90]-) y ocupacionesefímeras y dispersas a cielo abierto, en paredones de baja protección o en aleros.Bajoestas condiciones, dentro del marco de una distribución relativamente homogénea derecursos alimenticios y minerales, no se generan muchas expectativas para la existenciade territorialidad marcada, particularmente hacia el interior.La escala temporal del análisis es multigeneracional y funciona dentro de unbloque ca. 4500-500 AP y un espacio ambientalmente heterogéneo que, de Norte a Sur,incluye el sector de morros y lagunas de las cabeceras del río Gallegos y las islas alSudeste del istmo Otway-estrecho de Magallanes. Se trata de una banda longitudinal deunos 60 km de ancho. La ubicación de la isla Isabel, así como algunos hallazgos yamencionados, la hace candidata a representar un hito en la circulación canoera hacia eloriente y en la eventual comunicación entre el continente y Tierra del Fuego (OrtizTroncoso 1971). Tanto en la isla como en el continente está implicado el tema delecotono bosque-estepa, ya que Paso del Roble es y ha sido un espacio ecotonal, para elque Rogers (1879) describió la presencia de “robles enanos”. Schäbitz (1991) habla dela presencia de bosque en cabeceras del Gallegos desde ca. 3500 AP, por lo que estafranja ecotonal pudo haber fluctuado dentro del espacio de investigación durante todo elperíodo de nuestro interés. El espacio cordillerano puede verse como alternativamentecaracterizado por bosques más abiertos y más cerrados (Huber et al. 2004: 1086), lo quefacilitaría o dificultaría la circulación humana con posterioridad a la aparición delbosque. A su vez, esto plantea dificultades preservacionales y de visibilidadarqueológica particulares (Borrero y Muñoz 1999).Se concluye que ante la falta de barreras biogeográficas en el área terrestre considerada, que seextiende hacia la cuenca del Coyle (Belardi et al. 2006), se proponen vías de circulaciónmultidireccionales. Los corredores naturales, como los ríos, son sencillamente caminosde menor costo asociados con la disponibilidad de recursos básicos que han de haberfacilitado la circulación Oeste-Este. Tanto el sector de los morros como el CVPApresentan evidencias de interacción con la costa, sin que éstas sean abrumadoras. Laintensidad ocupacional decrece en los morros y al Oeste de éstos (Gómez Otero 1991).Dentro de este mundo de alta conectividad potencial, se evidencian movimientos degentes y de bienes en una escala concordante con niveles bajos de intercambio,probablemente de mano en mano.