INVESTIGADORES
GOLOVANEVSKY Laura Andrea
congresos y reuniones científicas
Título:
La pandemia y sus efectos sobre el empleo: el caso del trabajo de cuidado domiciliario en Jujuy
Autor/es:
LUCIANA BARCONTE; LAURA GOLOVANEVSKY
Lugar:
San Salvador de Jujuy
Reunión:
Jornada; Pre Congreso ASET en Jujuy; 2023
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Jujuy
Resumen:
La pandemia COVID 19 afectó de distintas maneras las vidas de las poblaciones de diversos países y regiones. En el caso de la Argentina, la disposición del aislamiento social, preventivo y obligatorio a partir de marzo de 2020 generó consecuencias, a nivel socioeconómico, pero también en diversos planos de la vida de las personas. Durante la pandemia las diferentes resoluciones que fue tomando el Poder Ejecutivo tanto nacional como provincial buscaron asegurar el derecho al cuidado, permitiendo la circulación de las personas que realizaban trabajo remunerado de cuidado, entendiendo al mismo como esencial (CEPAL, 2020). Así el decreto de necesidad y urgencia 297/20 que estableció el ASPO, definió excepciones al mismo para personas afectadas a actividades y servicios calificados como esenciales en la emergencia. Entre ellas, las personas que deban asistir a otras con discapacidad, familiares que necesiten asistencia, a personas mayores; a niños, a niñas y a adolescentes. En este trabajo nos proponemos indagar en las consecuencias que la pandemia tuvo en el sector de quienes trabajan en el cuidado domiciliario de personas adultas mayores, teniendo en cuenta que, por un lado, su trabajo podía considerarse esencial, y por otro, en muchos casos, lo desarrollan en condiciones de informalidad. Se utiliza un abordaje cualitativo, a través de entrevistas a cuidadores y cuidadoras. En base a estos relatos se analizan los efectos de la pandemia sobre su fuente de ingresos, qué es el trabajo de cuidado, cómo éste fue afectado por el COVID, implicando pérdida del mismo, o no, y cómo se enfrentaron los cambios que la pandemia significó a nivel de la vida doméstica (por ejemplo, en el caso de pertenecer a grupos familiares con menores a cargo que dejaron de asistir presencialmente a la escuela). En Jujuy se observa un régimen familista en la manera de brindar los cuidados, generalmente en los hogares que poseen alto nivel económico se utiliza la provisión mercantil, en la clase media y baja el cuidado es brindado por las integrantes de la familia y allegados. Esta situación suele desembocar en que el trabajo de cuidado de personas adultas mayores se realice en condiciones de precariedad, sin los pagos correspondientes a la seguridad social por ejemplo. La mayoría de las personas cuidadoras domiciliarias cobra por hora, fijándose el precio a través de la negociación con la persona adulta mayor o algún miembro de su familia. Esta retribución tiene en cuenta principalmente el estado de salud de la persona adulta mayor y si la prestación se realiza en horario diurno o nocturno.Para quienes se dedican al cuidado, por un lado, su trabajo podía considerarse esencial, y por otro, en la mayoría de los casos, se desarrolla en condiciones de informalidad. En general, ambos aspectos confluyeron en la no interrupción del trabajo durante las distintas fases de ASPO y DISPO, aunque realizando algunos ajustes, como ser menos horas de trabajo o menos pacientes, o aumentando la cantidad de horas por día para minimizar los viajes en transporte público. En algunos casos, el impacto de la pandemia sobre los ingresos de las personas contratantes implicó una merma en sus propios trabajos. En general son trabajadores/as no registrados/as y cualquier reducción en horarios o días repercute directamente sobre sus ingresos. Frente al fenómeno de la pandemia, las personas entrevistadas señalaban su preocupación por la posibilidad de perder su fuente laboral si dejaban de asistir por cualquier motivo. También mostraban su aflicción por contagiar a la persona adulta mayor que cuidaban, lo que podía agravar su estado de salud o inclusive llevar a su fallecimiento. Se evidenció una gran sensación de agobio por parte de las personas cuidadoras de la familia, debido a las múltiples demandas que genera el trabajo de asistir a personas dependientes. Esta situación se vio incrementada por la imposibilidad de continuar con las rutinas, acceder a soportes o redistribuir la carga con familiares, amistades o personas dedicadas al trabajo de cuidado. Si bien estas problemáticas existían antes de la pandemia, se evidenció que la pandemia agregó dificultades, debido a que desarmó organizaciones de roles, redes y el tejido social construido con anterioridad por la persona cuidadora.Las personas empleadas en el sector de trabajo de cuidado en casas particulares, mayoritariamente mujeres, ocuparon un lugar crucial en la pandemia, sin embargo las medidas que se dispusieron en la mayoría de los países de América Latina, se focalizaron más en regular el desplazamiento que en velar por las condiciones de trabajo que se vieron profundamente afectadas (CEPAL, 2020).Las personas cuidadoras tuvieron que enfrentar, al igual que toda la población, miedo, angustia e incertidumbre por la situación de pandemia. Sin embargo, en la mayoría de los casos tuvieron que priorizar la prestación de ese servicio al trabajo de otra persona integrante de la familia, la cual se quedó en el hogar a cargo de los niños o niñas y/o personas adultas mayores del mismo. El temor a perder la fuente laboral o a contagiar a la persona adulta mayor fueron factores de presión adicionales que este colectivo debió enfrentar. En general, debido a la gran demanda de cuidados por parte de la sociedad, no resulta dificultoso obtener este tipo de trabajo para quienes lo ejercen. Sin embargo, se evidencian bajos niveles de cumplimiento de la normativa laboral que regula esta relación laboral, principalmente en lo referente al valor de las retribuciones. Actualmente la situación se fue modificando, ya que, si bien la demanda existe, no se hace efectiva por falta de recursos para afrontar el pago, por lo que se observa una retracción en las solicitudes de cuidadores/as.En suma, el sector del cuidado domiciliario de personas adultas mayores, más allá de la situación particular generada por la pandemia, debe ser atendido por los diferentes gobiernos, puesto que ofrece posibilidades de trabajo a grupos sociales en general desfavorecidos, responde a una necesidad creciente por el envejecimiento poblacional y genera un valor agregado mayor, en torno a actividades de cuidado que de otra forma permanecen invisibilizadas.