INVESTIGADORES
MERLINSKY Maria gabriela
artículos
Título:
Aguas que no has de beber
Autor/es:
MERLINSKY, GABRIELA; TOBÍAS, MELINA
Revista:
Bordes
Editorial:
UNPAZ- Universidad Nacional de José C Paz
Referencias:
Lugar: José C Paz; Año: 2020 vol. 2 p. 1 - 6
ISSN:
2524-9290
Resumen:
La epidemia de fiebre amarilla de 1871, en la que murieron más de 13.000 personas en solo cuatro meses, es recordada como un parteaguas en la historia sanitaria del país. En aquel momento, la estrategia de lucha contra la enfermedad dio lugar a un profundo reordenamiento urbano en Buenos Aires y a la construcción de una red de agua y saneamiento que, para la época, fue pionera en América Latina. En estos días la pandemia del COVID 19 afecta de manera exponencial a los habitantes de los grandes centros urbanos y, de manera singular a quienes viven en los barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) donde aún persiste un importante déficit de cobertura sanitaria. La emergencia del coronavirus actualiza condiciones de riesgo preexistentes y deja expuestos procesos históricos de larga data ligados a la desigualdad en el acceso a la ciudad. Es necesario puntualizar que, si en 1871 la solución vino de la mano de una profunda reforma urbana, la misma estaba destinada a 185.000 habitantes. En estos días la población en situación de riesgo sanitario es la más expuesta a contraer el COVID 19 y reside en sitios de urbanización popular. Tengamos en cuenta que en Argentina son más de cuatro millones las personas que viven en barrios populares, las que en su mayoría carecen de agua y cloaca por red (94% sin acceso al agua potable y 99% sin acceso a redes de saneamiento) y, de ese total, cerca del 30% reside en partidos del conurbano bonaerense.Esto nos lleva a una pregunta central en torno el rol que debe cumplir el Estado en la producción de suelo urbano y el hábitat de calidad para los sectores populares y -hay que resaltar este punto- son políticas que deberían articularse a escala metropolitana. Aquí no puede omitirse la estrecha conexión entre la cuestión urbana y ambiental. En razón de la especulación inmobiliaria como de la estratificación de los mercados y en virtud de las prácticas de las clases medias y altas, que son marcadamente discriminatorias con respecto a quién puede ?merecer la ciudad?, importantes fracciones de las clases populares se ven obligadas a vivir en territorios de escaso valor económico como son las tierras fiscales abandonadas, espacios urbanos inundables, áreas contaminadas y territorios sin servicios sanitarios.