INVESTIGADORES
GALLI Claudia Ines
congresos y reuniones científicas
Título:
Magmatismo mioceno en Mina Capillitas y Cerro Atajo, provincial de Catamarca. Implicancias volcanológicas para la reconstrucción del Complejo Volcánico Farallón Negro
Autor/es:
CAFFE, P.; ARNOSIO, M.; BECCHIO, R.; GALLI, C.I.; DA POIAN, G.; SEGGIARO, R.
Lugar:
Neuquén
Reunión:
Congreso; XVIII Congreso Geológico Argentino; 2011
Institución organizadora:
AGA
Resumen:
En el extremo sur de la cuenca que
se extiende al oeste de la sierra de Aconquija, provincia de Catamarca, aflora
una espesa columna volcano-sedimentaria de edad miocena, que incluye rocas
volcánicas coherentes y piroclásticas primarias de distinta composición y
origen, así como niveles volcaniclásticos retrabajados. Este conjunto de rocas,
con edades entre ~12 y 6 Ma, ha sido asignado al Complejo Volcánico Farallón
Negro (CVFN) (ej. Sasso 1997) o a la Secuencia II de Bossi et al.
(1993), diferenciándolo de unidades previas donde la
participación volcánica es escasa
(véase Galli et al., 2011).
El estudio de las facies presentes
en el CVFN cobra relevancia porque sus características, así como asociación con
cuerpos porfíricos en los alrededores de Bajo de la Alumbrera, indujeron a
algunos autores (ej. Sillitoe, 1973; Sasso, 1997) a modelar su erupción desde
una gran estructura volcánica compuesta de tipo poligenético centrada en las
cercanías del Alto de la Blenda (Llambías, 1972). Halter et al. (2004)
reinterpretaron al CVFN como eruptado no desde uno, sino varios estratoconos
coalescentes de altura >6000 m.s.n.m., vinculados espacialmente a una
presunta estructura caldérica en la región. Dichos modelos son usados como guías
prospectivas de yacimientos epitermales y porfíricos. Harris et al.
(2006) desafiaron ese modelo, considerando que las rocas del CVFN que aflora al
norte de Bajo de la Alumbrera se ajusta mejor a un esquema de intrusiones y
extrusiones pequeñas desvinculadas de una estructura volcánica mayor.
En el presente trabajo, se han
levantado columnas estratigráficas de detalle en afloramientos del CVFN ubicados
inmediatamente al este de Bajo de la Alumbrera, dentro de las actuales cuencas
de Mina Capillitas y de Cerro Atajo. En estas localidades aparecen los
afloramientos más distales del CVFN, donde las características texturales y
composicionales de los depósitos están mejor preservadas por una menor
alteración hidrotermal que en los sectores más occidentales. Así también, la
asociación geográfica de estos afloramientos con estructuras
bien expuestas, permite estudiar el
control tectónico sobre el emplazamiento de cuerpos magmáticos en este sector
del antepaís andino (ver Seggiaro et al., 2011).
Los resultados alcanzados hasta el
momento permiten elaborar un esquema estratigráfico preliminar semejante para
ambas áreas estudiadas. Las rocas del CVFN siempre apoyan, en discordancia
angular o erosiva, así como en paraconcordancia, sobre un conjunto de
sedimentitas rojizas y amarillentas asignables a la Fm. Morterito o a la
Secuencia I (cf. Bossi et al., 1993), en las que la participación de
material volcánico parece restringirse a sus niveles más altos. A su vez, la
columna tipo del CVFN se puede dividir desde el punto de vista
petrográfico y estratigráfico en dos
grandes grupos, uno basal, donde dominan componentes de composición basáltica a
andesítica, y otro superior, dominado por rocas de composiciones
fenoandesíticas- dacíticas a riolíticas. Ambas secciones comprenden facies
volcaniclásticas y unidades magmáticas coherentes.
Las facies volcaniclásticas más
abundantes son siempre de granulometría muy gruesa. Dentro de este grupo se
diferencian dos tipos principales: A) Brechas polimícticas, matriz sostenidas,
con nula a escasa presencia de material volcánico vesiculado o rasgos de
fragmentación volcánica primaria; los clastos son predominantemente basálticos
y de andesitas máficas en la sección inferior, mientras que en la superior hay
una mayor participación de fragmentos de rocas más silíceas. Este tipo de
brechas es interpretado como el producto del retrabajo de material volcánico
primario en ambientes aluviales y fluviales, emplazadas como flujos de
detritos o hiperconcentrados (cf.
Galli et al., 2011). B) Brechas monomícticas, las cuales se subdividen
en: B1) Brechas fenobasálticas (cpx-pl-ol-op) asociadas a lavas y diques en la
sección inferior de Mina Capillitas, las cuales presentan evidencias de
brechamiento autoclástico (no explosivo), con fragmentos de contornos curviplanos,
bordes enfriados, texturas del tipo jig-saw y fuerte palagonitización del
vidrio; estos depósitos se interpretan como brechas hialoclásticas. B2) Brechas
andesítico-dacíticas (pl-hbl±cpx±bt) clasto- o matriz soportadas de la sección
superior de Cerro Atajo, geográficamente vinculadas con cuerpos de lavas de
idéntica composición (ver más abajo) e interpretadas como depósitos de flujos
de bloques y ceniza.
Las facies volcánicas coherentes de
la sección inferior incluyen: C) Coladas de lavas fenobasálticas de composición
idéntica a las brechas hialoclásticas (B1), con diaclasamiento columnar tanto
en techo como en el piso de la colada. En Mina Capillitas estas lavas presentan
sectores de aspecto brechoso, con clastos con bordes enfriados sin rotación
(jig-saw) y bordes curviplanos, muy parecidos a las hialoclastitas descriptas
más arriba como B1. También se pudieron observar bases de colada con texturas
peperíticas en bloque, por interacción entre sedimentos húmedos y las coladas.
D) Diques y sills de semejante composición a las coladas C, que en Cerro Atajo
exhiben bases y techos en contacto peperítico con areniscas rojizas inmaduras
de la parte alta de la Fm. Morterito, o bien fragmentación autoclástica en Mina
Capillitas. E) Coladas feno andesíticas (pl-cpx±hbl) que alternan con las
coladas basálticas.
Las facies volcánicas coherentes de
la sección superior comprenden: F) Coladas en su mayoría andesíticodacíticas (idem
B2) que presentan bases en general autobrechadas y son más abundantes al este
del Cerro Atajo que en Minas Capillitas. Estas son las coladas lateralmente
vinculadas a los depósitos de flujos de bloques y ceniza (facies C), aunque en
Cerro Atajo también presentan rasgos de brechamiento hialoclástico. G) El grupo
más evolucionado y joven comprende domos de dacitas (pl-bt-op±qtz) foliadas por
flujo y emplazados en el borde sudoeste de la Sierra de Aconquija, así como los
sills e intrusivos riolíticos (qtz-san-pl-bt) del Cerro Atajo y Cerro Blanco,
que alteran más o menos pervasivamente el encajante sedimentario.
La semejanza estratigráfica
observada en Cerro Atajo y Capillitas permite inferir que, al menos
parcialmente durante la depositación
del CVFN, ambos bajos habrían formado parte de una misma cubeta sedimentaria,
que posteriormente fue deformada (Seggiaro et al., 2011) . La actividad
volcánica se caracterizó, en un primer momento, por el derrame e inyección de
magmas basálticos y andesíticos máficos en una cuenca muy activa, con
emplazamiento volcánico subácueo y abundante interacción con sedimentos
húmedos. A pesar de que los depósitos volcaniclásticos comparten las
características composicionales del magmatismo coetáneo, no pueden considerarse
rocas piroclásticas primarias. Las brechas más abundantes del CVFN son en
efecto producto del retrabajo, erosión y sedimentación, de volcanitas de la
misma composición que aquellas con la que se encuentran intercaladas,
probablemente aportadas desde sectores muy cercanos y en un régimen tectónicamente
muy activo. El volcanismo de la sección superior tampoco se desarrolló con
actividad explosiva significativa, diferenciándose del anterior sólo por la
erupción de composiciones más evolucionadas (andesitas, dacitas y riolitas) a
manera de domos o intrusivos someros. Así, el estilo eruptivo reconocido para
las facies distales del CVFN es incompatible con el modelo de una o varias
estructuras volcánicas centrales de gran tamaño y en cambio es parcialmente
consistente con el esquema de Harris et al. (2006), que plantea la
existencia de varios centros eruptivos de pequeñas dimensiones distribuidos en
una planicie aluvial relativamente extensa y activa.