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Los suelos montanos afectados por pérdida de bosque, fuego y ganadería son más propensos a la erosión y en consecuencia a una degradación más rápida que afecta su capacidad de absorber agua y fertilidad. Este proceso dificulta la restauración del bosque nativo ocasionando bajas tasas de reclutamiento natural y un crecimiento lento en plantaciones. Con el fin de contribuir a una restauración del bosque más eficiente, pusimos a prueba la hipótesis de que en suelos montanos degradados la adición temprana de fertilizantes mejora la supervivencia y/o crecimiento de los plantines en los primeros meses de la plantación. Usamos como especie modelo a Polylepis australis, una arbórea ampliamente usada en proyectos de restauración en las montañas más altas del centro argentino. En un área en restauración con parches de suelos degradados aplicamos siete tratamientos: 25, 34 y 67 g de NPK triple 15; 10, 20 y 30 g de urea y un tratamiento sin fertilizante (control). La supervivencia a los 14 meses de plantados fue del 80% y no estuvo asociada al tratamiento de fertilización. Los plantines fertilizados con NPK, independientemente de la dosis, crecieron en promedio 5 veces más que los no fertilizados y más del doble que los fertilizados con urea. El crecimiento de los plantines sin fertilizante y los fertilizados con urea no difirió significativamente. Los resultados sugieren que, para P. australis, hay una deficiencia de nitrógeno (N), fósforo (P) y/o potasio (K) en los suelos degradados, que al parecer pudo ser enmendada con cualquiera de las dosis de NPK y no así con la adición de urea (únicamente N). Concluimos que, en suelos montanos degradados la adición de nutrientes puede ser una estrategia eficaz para incrementar la cobertura arbórea en menos tiempo y así reducir la erosión de suelos más rápidamente.

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