INVESTIGADORES
CAZORLA Silvia Ines
congresos y reuniones científicas
Título:
Cruzipaína en el tratamiento Inmuno-terapéutico contra la Enfermedad de Chagas.
Autor/es:
CERNY N, CAZORLA SI, GONZALEZ COBIELLO PL, DE MARZI M, MALCHIODI EL, FRANK FM.
Lugar:
Córdoba, Argentina
Reunión:
Congreso; LVI Reunión Anual de la Sociedad Arg. de Inmunología; 2008
Institución organizadora:
Sociedad Argentina de Inmunología
Resumen:
Los agentes quimioterapéuticos empleados en el tratamiento de la enfermedad de Chagas poseen limitada efectividad, especialmente durante sus etapas indeterminada y crónica, presentan alta toxicidad y poseen graves efectos colaterales. Por ello, el desarrollo de vacunas protectivas y/o paliativas sería un aporte significativo para el control de la transmisión de la enfermedad de Chagas. Previamente hemos demostrado la generación de una respuesta protectiva frente a la infección por T. cruzi mediante la inmunización con cruzipaína (Cz) en un entorno Th1. En este trabajo nos propusimos analizar la capacidad inmuno-terapéutica del gen codificante de Cz frente a una infección por T. cruzi preestablecida. Para ello, evaluamos la administración del ADN codificante de Cz y adicionalmente su coadministración con el gen del Factor Estimulante de Colonias Granulocito-Macrófagos (GM-CSF), como una estrategia alternativa para mejorar la respuesta inmune. Ratones C3H infectados con una dosis letal (500) o sub-letal (50) de tripomastigotes sanguíneos (cepa RA) por vía intraperitoneal, fueron tratados por vía intramuscular con 2 dosis de (GI) pcDNA-Cz, (GII) pcDNA-Cz + pcDNA-GMCSF, (GIII) pcDNA-GMCSF. Como controles se trataron ratones con PBS o plásmido vacio. Los tratamientos fueron administrados los días 0 y 7 post infección. Pudo observarse una disminución significativa de la parasitemia en el GII, frente al desafío letal durante la fase aguda de la infección (1.4±0.3x105 vs. 7.6±2.6 x105, p<0.05). Si bien no se observó una disminución en la carga parasitaria de los animales del GI, tanto este grupo como el GII presentaron una sobrevida significativamente mayor respecto al grupo  control. La disminución en la parasitemia  fue más notoria aún en el modelo subletal de infección, alcanzando valores de 1 orden de magnitud menores que el control (3.7±2.1x104 vs 4.29±1.8x105, p<0.01). Esta disminución en la parasitemia se vio reflejada en un menor daño de tejido cardíaco, medido a los 35 dpi, en términos de actividad sérica de enzimas marcadoras de injuria tisular. Mientras que los GI y III no presentaron diferencias significativas en la actividad sérica de creatin quinasa (CK) respecto al control, el GII presentó una actividad 7 veces menor (p<0.01). Los 3 tratamientos redujeron la actividad de aspartato amino-trasferasa (AST) a la mitad, observándose asimismo una reducción similar en la actividad de lactato deshidrogenasa (LDH) en GI y GII (p<0.05). Por lo cual en el GII, las 3 enzimas analizadas, se encontraron significativamente disminuidas indicando menor daño. Al analizar los títulos de anticuerpos específicos anti-Cz el GII presentó una relación IgG2a/IgG1 16 veces mayor que el control, indicando el establecimiento de una respuesta con perfil Th1 (p<0.05). Los títulos de IgG frente a Ags de un extracto parasitario (F105), si bien fueron mayores en el GII, no presentaron diferencias significativas entre los diferentes grupos. En todos los casos se observaron mayores títulos de IgG2a respecto de IgG1, Una vez superada la fase aguda de la infección, a los 100 dpi, analizamos la respuesta celular in vivo observándose reacciones de DTH significativas en el GII con valores 2.5 y 12.2 veces mayores que el control al ser desafiados con rCz y F105 respectivamente (p<0.05 y p<0.01). La estimulación in vitro de esplenocitos con rCz y F105 mostró desencadenar una fuerte respuesta proliferativa en los GI y II (p<0.05 y p<0.01 respectivamente). Podemos concluir que el tratamiento de ratones infectados con plásmido conteniendo el gen de Cz coadministrado con el gen de GM-CSF es capaz de reducir la carga parasitaria, incrementar la respuesta inmune contra este crucial Ag parasitario y más importante aún, disminuir el daño tisular característico de la enfermedad de Chagas. Los resultados obtenidos contribuirán en el futuro diseño de un tratamiento multicomponente que incluya antígenos parasitarios claves en la inmunoprotección permitiendo disminuir las dosis empleadas actualmente de agentes quimioterapéuticos.