Importancia de la calidad de las interacciones en el vínculo entre perros y personas.

CAVALLI, C.M.; BARRERA G.; DZIK, M.V.; BENTOSELA, M

Congreso; 1er Congreso Iberoamericano de Antrozoología; 2022

Los perros forman un estrecho lazo con las personas que tiene características únicas (Barrera y Bentosela, 2021) y es considerado un vínculo de apego (Topál et al., 1998). Las evidencias, tanto conductuales como fisiológicas, indican que los humanos funcionan como reforzadores sociales para los perros, ya que la interacción con ellos o incluso su mera presencia modifican sus comportamientos (e.g. Cook et al., 2016). Los estudios sobre apego entre ambas especies han mostrado que los perros reaccionan con ansiedad ante la separación de su tutor, especialmente cuando enfrentan una situación estresante (ver Rehn y Keeling, 2016), dando cuenta del valor reforzante del mismo. Sin embargo, en algunas situaciones no hay una desaparición total del refuerzo social que conlleva la ausencia de la persona, sino un cambio en la calidad de la interacción asociado a una disminución de su valor hedónico. Este fenómeno ha sido extensamente estudiado en niños utilizando el paradigma de cara inexpresiva o still face. El mismo implica una secuencia de eventos en la cual el cuidador primero interactúa de modo positivo con el infante y luego, inesperadamente, interrumpe la interacción y permanece pasivo, mirándolo con expresión neutra. Por último, el cuidador retoma la interacción positiva como en un comienzo. Ante esa interrupción de la interacción, el infante reacciona disminuyendo sus conductas afiliativas e incrementando sus respuestas de estrés. Este paradigma ha sido útil para estudiar el vínculo madre-hijo así como los mecanismos de regulación emocional de éste último (ver Gago Galvagno et al., 2021). En esta presentación se desarrollarán una serie de trabajos en los que se evalúa el fenómeno de cara inexpresiva en perros domésticos. A su vez, en dichos trabajos se indaga en la importancia de las experiencias previas de los perros durante su ontogenia, especialmente en los efectos de las condiciones de vida, así como del entrenamiento avanzado y de la participación de los perros en Intervenciones Asistidas por Animales. En su conjunto, los hallazgos ponen de relevancia la sensibilidad de los perros para detectar cambios en la calidad de las interacciones con los humanos y evaluar el nivel reforzante de las mismas, modulando sus comportamientos en función de ello. Por último, algunas experiencias previas podrían afectar estas habilidades, pero los efectos no parecen ser universales. Es importante remarcar la necesidad de continuar investigando diversas dimensiones del vínculo entre ambas especies.