Enfermedad mental: entre cerebro e intercorporalidad

ANTON MLINAR, IVANA

Mendoza

Congreso; Congreso Interuniversitario I+D+I Mendoza; 2021

Red interuniversitaria

Una visión naturalista imperanteacerca de los trastornos mentales los explica y trata como disfunciones delcerebro. El programa fundamental de investigación de las neurocienciasconsiste, de hecho, en la naturalización de la conciencia, de la subjetividad eincluso de la intersubjetividad, en otras palabras, en su explicación en términosneurobiológicos.Sin embargo, ningunapatología mental puede ser diagnosticada, descripta o explicada sin tomar encuenta la subjetividad o experiencia del paciente y sus relacionesinterpersonales. De hecho, neurofisiológicamente, las anomalías determinablesson en sí mismas correlatos, es decir, ninguna de ellas puede ser identificadacomo patológica si no está vinculada con algún tipo de sufrimiento subjetivo operturbación intersubjetiva. Solo se convierten en etiológicamente relevantessi se insertan en el macroproceso circular que incluye el sistemaorganismo-ambiente y sus relaciones interpersonales. En tal sentido, unacomprensión unidireccional de la causación (cerebro/fisiología sobre mente yrelaciones personales) resulta reduccionista y no hace justicia a lacomplejidad de una causación que es efectivamente circular. Las disfunciones mentalesaparecen cuando este proceso circular de causación muestra alguna ruptura.Puede tener lugar una alteración de la causalidad circular vertical: estoimplica una falencia en la interacción e integración de procesos de nivelinferior y facultades superiores del organismo. Las funciones parciales parecencobrar vida propia y eluden el control de la persona, afectando principalmentela relación de la persona consigo misma y, consecuentemente, co-determinando elcurso de la enfermedad. Pero la enfermedad mental también puede entenderse comouna ruptura de la causalidad circular horizontal, es decir, como una disfunciónsevera de la capacidad de respuesta e interacciones con el entorno social. Enlas relaciones con otras personas significativas, se producen bucles deretroalimentación negativa y círculos viciosos que mantienen o intensifican aúnmás los síntomas. Estos circuitos de retroalimentación están vinculados a lapercepción y evaluación (inter) subjetiva, con la experiencia y comportamientodel paciente y sus familiares.Ambos tipos de procesoscausales circulares están vinculados a la mediación del cerebro, pero no puedenubicarse exclusivamente dentro de él. Por esta razón, en principio, no esposible reducir las enfermedades mentales a enfermedades del cerebro.El análisis y descripciónfenomenológicos ofrecen, por el contrario, una comprensión sistémica yecológica de la patología mental, como un tema existencial, una enfermedad dela persona y no meramente del cerebro. Cada vez que se forma unanueva disposición de actividad neuronal coherente a través de la experienciarepetida, las estructuras de la mente se imprimen en el cerebro. El cerebro seconvierte en un órgano mediador o una ventana a la mente, porque estáestructurado por la mente misma.Ver integralmente lasenfermedades mentales como disfunciones relacionales es una condición previapara tratarlas adecuadamente.