INVESTIGADORES
ANTON MLINAR Ivana Maria
congresos y reuniones científicas
Título:
¿Cómo iluminan las neurociencias la comprensión de la persona humana?
Autor/es:
IVANA ANTON MLINAR
Lugar:
Pilar, Buenos Aires
Reunión:
Workshop; Semana de investigación interdisciplinar; 2017
Institución organizadora:
Instituto de Filosofía, Universidad Austral
Resumen:
El conocimientofilosófico de la persona y del mundo no es en cuanto tal una disciplinaempírica sino especulativa, y esto supone una mirada propia cuyos rasgos generalespodrían proponerse así: captación y comprensión de sentidos en una dimensión intelectivay personal, en la que prima la unidad, el todo y estructuras universales porencima de partes, momentos o elementos. Y esto no significa que una dimensión experimentalo impersonal como también de partes o aspectos no sean consideradas, sino, porel contrario: aunque con la conciencia de que todo análisis supone estructurasinvariables, esta dimensión personal, un todo significativo como principio yfin, como condición de posibilidad de comprensión y definición incluso de lacondición de parte o momento. Es importante constatarque la ciencia empírica aristotélica es filosófica, o, en otras palabras: las principalestesis y conceptos filosóficos fundamentales de Aristóteles (la teleología, la naturaleza,el alma?.) son empíricos, es decir, tienen su origen y fundamento en laexperiencia y no a priori y luego traídos o aplicados a la naturaleza. Hansurgido a partir de la ciencia experimental. Podría decirse que la comprensióny práctica de las ciencias empíricas modernas, por el contrario, se dirige a partes,pero no en cuanto tales, sino consideradas y tratadas como todos que, a su vez,son tomados en una dimensión impersonal, es decir, de mera fundamentación ocausación objetiva y no de significatividad personal o de primera persona. Seproduce así un gran desfasaje en la comprensión y descripción de aquello de loque se trata en cada caso. Resulta claro que, conesto, no se propone asimilar la ciencia empírica a la filosofía o la filosofíaa la ciencia empírica. La filosofía no es una disciplina que simplementecontribuye o argumenta acerca del ámbito del conocimiento científico, sino queinvestiga la base de este conocimiento e indaga cómo es posible. Cada saber posee supropia mirada sobre lo mismo. El desafío consiste en identificar eso mismocomún a lo que se dirigen diversas miradas, ya que, a su vez, aquello de lo quese trata en cada caso posee su propio modo de darse según su condición. En unsentido metafórico o de pars pro toto,podríamos decir que si pretendo saber lo que es esto que tengo delante (unarosa), podré hacerlo mirando, tocando, oliendo y leyendo una bella poesíaacerca de la rosa, pero no escuchándola. Y en el caso de una melodía, tendréque escuchar. Si quisiera verla u olerla, me quedaría absolutamente sin ella.No es posible forzar lo que es a pasar por modos preestablecidos o ajenos demanifestación, de dación. De allí que lafenomenología advierta un punto fundamental: el interés en la conciencia noconstituye un interés en ella per se,sino porque la conciencia es nuestro único acceso al mundo, ella es reveladoradel mundo. Y en tal sentido, la fenomenología debe ser entendida como elanálisis filosófico de varios tipos de revelación del mundo (perceptual,imaginativa, recolectiva, etc.), y, en conexión con esto como una investigaciónreflexiva de aquellas estructuras de la experiencia y de la comprensión quepermiten que diferentes tipos de seres se muestren como lo que son. La tan usual oposiciónentre consideraciones de primera persona versusde tercera persona en el contexto del estudio de la conciencia es engañosa omás bien errónea: nos lleva a olvidar que las llamadas consideracionesobjetivas de tercera persona son efectuadas y generadas por una comunidad desujetos conscientes. No existe una pura perspectiva de tercera persona encuanto no existe una mirada desde ningún lado. La práctica científicaconstantemente presupone la experiencia del mundo pre-científica y de primerapersona del científico. Ahora bien, por suparte, la investigación filosófica, aunque por ser reflexiva difiera de una directaexploración del mundo, continúa siendo una investigación de la realidad; no esuna investigación de algún otro reino mundano o mental. Estudia fenómenosconcretos que están abiertos a la investigación empírica, y, en tal medida, seinforma del mejor conocimiento científico disponible, y viceversa, de modo queuna consideración más completa de la experiencia incluirá alguna integración defenomenología (en cuanto filosofía) y ciencia.En lo referenteespecíficamente al estudio de la conciencia, dejando de lado perspectivasmaterialistas o reductivistas, que, en definitiva, no admiten la conciencia encuanto tal, podríamos decir que su comprensión fenomenológica (en el sentido deprimera persona), incluso en las exposiciones de los propios neurocientíficos,reconoce su condición subjetiva como un rasgo absolutamente esencial. Y estosupone que ninguna mirada fenomenológica (y, en definitiva, ninguna mirada quequisiera conocer y decir algo con sentido acerca de ella) estaría comprometida porprincipio con una naturalización de la conciencia o intencionalidad, si por talse entiende el intento de reducirla a mecanismos y procesos no intencionalesque, en definitiva, la suprimirían. Sin embargo, muchos consideran posible eindispensable la naturalización entendida como la posibilidad de esclarecimiento del carácter fenomenal (esdecir, de primera persona) que la caracteriza a partir de descripciones denivel personal provenientes de disciplinas como la psico- y neuro-patología, lapsicología cognitiva, la antropología, etc. que pueden presentar relevanciafenomenológica. De acuerdo con esto, se propone no sólo que los análisis ydistinciones fenomenológicos pueden resultar de utilidad para las cienciascognitivas, sino que la fenomenología (como filosofía) podría beneficiarse delos trabajos empíricos. ¿En qué sentido? El estudio de fenómenos patológicospodría servir no sólo como una demostración de la relevancia de los análisisfenomenológicos de la subjetividad; por sí mismo podría enriquecer nuestracomprensión de la naturaleza de la conciencia (en sentido filosófico). Los fenómenospatológicos aparecen así como recursoheurístico, en cuanto obligan a llevar el análisis a los límites de lasposibilidades de un sentido determinado, de modo que se exija dar con rasgosnucleares de, en este caso, la subjetividad o la conciencia (o laintencionalidad, la agencia, etc), como, de hecho, procede la descripciónfenomenológica con la variación eidética. Las patologías ofrecen modalidadesfenomenológicas de la conciencia que permiten generar, correlativamente,modalidades conceptuales descriptivas que intentan dar cuenta de estosfenómenos. Tal es el caso, por ej., de la noción de sí mismo mínimo [minimalself] (en contraste con el sí mismo narrativo). A través del estudio dedistorsiones patológicas han podido iluminarse más definidamente los rasgosnucleares de la subjetividad (sentido de propiedad y de agencia, etc.).Otro caso es elfenómeno de lucidez terminal, en el que tiene lugar el regreso inesperado declaridad mental y memoria un tiempo antes de la muerte en pacientes que sufrende severos desórdenes psiquiátricos y neurológicos. La recuperación de lamemoria perdida, de funciones cognitivas y de la identidad con un cerebrodeteriorado presenta algunos desafíos, por supuesto, para la neurología enprimer lugar; como por ej.:-La intuición de que la neurociencia delos estados terminales puede ser más compleja de lo que se pensótradicionalmente.-La hipótesis de que funcionescognitivas perdidas aparentemente de modo irreversible podrían ser recuperadasde alguna manera.Para la filosofía también se ofrecenpreguntas: -Cómo son retenidos los contenidoscognitivos, de experiencia cuando la identidad, la conciencia interna deltiempo y las habilidades cognitivas están perdidas para luego ser traídosnuevamente cuando las habilidades son recuperadas. -La subjetividad podría contar con diversos?mecanismos? para persistir y manifestarse que los reconocidos usualmente porlos modelos neurocientíficos de cerebros normales (es decir, desde un punto devista científico), por un lado, y, por otro, presenta un nuevo desafío para lasdescripciones trascendentales en cuanto a la estructura temporal de la percepcióny la identidad.