INVESTIGADORES
CIMADAMORE alberto Daniel
artículos
Título:
“Diseño y viabilidad de la integración sudamericana”, Comentario Internacional No. 9, Segundo Semestre, 2009
Autor/es:
ALBERTO D. CIMADAMORE
Revista:
Comentario Internacional. Revista del Centro Andino de Estudios Internacionales
Editorial:
Universidad Andina Simón Bolívar
Referencias:
Lugar: Quito; Año: 2009 vol. 01
ISSN:
1390-1532
Resumen:
La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) se gestó como un proyecto de integración, cooperación y concertación entre los doce países sudamericanos y se formalizó en 2008 con la firma del Tratado Constitutivo (TCU). En este trabajo se analizan dos temas cruciales en la construcción de un espacio común sudamericano que propone este nuevo proyecto: la adecuación entre los objetivos integracionistas y los medios establecidos por los países sudamericanos para alcanzarlos; y las derivaciones que tiene tal discusión para viabilizar  lo que podría considerarse como el proyecto político, social y económico más importante de la historia contemporánea de esta parte del continente. La construcción del espacio económico, social y político sudamericano –la tarea histórica más importante de nuestra generación-  carece aparentemente de una teoría y una efectiva tecnología de la integración que la guíe. Sin la guía de ambos es difícil imaginar la sustentabilidad de una integración económica profunda que estimule el desarrollo de la región y derrame en las áreas sociales y políticas más allá de distintos niveles de cooperación y concertación, conceptos que no pueden ser considerados como equivalentes de integración según los parámetros de la teoría convencional.    El incremento de la interdependencia económica –donde hay muchísimo espacio para aprovechar en América del Sur- y la adecuada administración de sus costos y beneficios, es una condición necesaria para la sustentabilidad de la integración sudamericana. Los niveles actuales de interdependencia de los principales bloques subregionales sudamericanos – definidos como coeficiente del comercio intrarregional medido por exportaciones- son relativamente bajos. En el período 2005-2007, los niveles de interdependencia fueron para la CAN del 9,1% y para el MERCOSUR del 13,8%, perceptiblemente menores a los registrados en idéntico período por el conjunto de América Latina y el Caribe (18,2%), la ASEAN (25,2 %) y la Unión Europea (67,1%). Los niveles de interdependencia son relevantes puesto que inducen a una gradual coordinación macroeconómica, de políticas y normas que naturalmente trascienden el terreno comercial, incluyendo infraestructura, energía y ámbitos regulatorios, además de migración, previsión, salud, educación, medio ambiente, entre los más importantes. En el caso de mayor interdependencia (la UE) se incluyen políticas activas para reducir las asimetrías, estimular la cohesión social y articular una institucionalidad comunitaria que refleje de manera balanceada los intereses del conjunto de los países miembros.   El tema de la integración económica, el incremento de la interdependencia y sus derivaciones políticas, sociales e institucionales requiere de una seria discusión y la incorporación de sus resultados en una estrategia viable de construcción del espacio sudamericano. En consecuencia, es aconsejable repensar en este estado embrionario de la integración sudamericana una estrategia basada en una clara identificación de objetivos, medios, mecanismos de monitoreo y evaluación de costos y beneficios que permitan legitimar y viabilizar el proceso en el largo plazo. Esta estrategia –asentada en las lecciones extraídas de las corrientes principales del pensamiento teórico y la evidencia empírica- demanda una adecuada institucionalización del proceso de integración a nivel regional, con capacidad de resolver colectivamente los conflictos y desafíos típicos de un proceso de integración profunda. Sin estas condiciones, es difícil imaginar la integración y unidad sudamericana que responda al mandato histórico que se enunció en la primera década de este siglo.