BECAS
ERENFRYD Jonathan
congresos y reuniones científicas
Título:
La argumentación como posibilidad de desarrollo de la experiencia. Pragmatismo racionalista, inferencialismo semántico y expresivismo lógico
Autor/es:
ERENFRYD JONATHAN
Reunión:
Jornada; VI Jornadas de lógica y argumentación; 2019
Resumen:
El objetivo la ponencia es presentar, en línea con el trabajo de RobertBrandom, a la argumentación como un elemento constitutivo de la sapienciaque permite la posibilidad de la crítica y del desarrollo racional de nuestrasformas de vida.La sapiencia, como será entendida, supone la aplicación de conceptos. Aplicarun concepto permite entender una forma particular de ser consciente acerca dealgo. La conceptualización, manifiesta al hacer una asercion o un juicio supone,en el marco del racionalismo expresivista, el dirigirse a aquello de lo cual unose torna consciente haciendolo inferencialmente significativo, al tomarlo comoalgo que puede servir como y requerir de razones. Asertar, siendo capaz dejustificar las propias aserciones, y usandolas para justificar otras aserciones yacciones es lo que permite hablar de sapiencia en general (Brandom, 2000).Según el andamiaje del racionalismo pragmatista, hablar de conceptos eshablar de una función en un razonamiento: si se atiende al uso, lo que se hacecon los conceptos es aplicarlos en juicios y acciones. Según la dimensión delracionalismo, se confiere fundamental importancia a la práctica de dar y pedirrazones, entendiendolas como confiriendo contenido conceptual a loscomportamientos y estados que se encuentra en dichas prácticas Aprehenderun concepto que articula un juicio es manejar su uso inferencial, sabiendo ensentido práctico, aquello con lo que compromete al aplicarlo, lo que da derechoa ello, y lo que lo excluye, sus condiciones de aplicación y las consecuencias.Su contenito, entre distintos factores, está articulado por sus relaciones conotros conceptos.Entender el contenido conceptual con el cual se esta comprometido es, enprimer lugar, un tipo de conocimiento práctico: un saber-cómo que consiste enser capaz de discriminar aquello que se sige y aquello que no se sigue de uncompromiso, lo que sería evidencia a favor y en contra. Ese saber-cómo seexpresa, en el proceso de conceptualización, en la forma de una aserción queafirma que las cosas son de determinada manera. Sin embargo, en la aserciónaún permanecen implícitas las condiciones y las consecuencias implicadas. Ellógico es un vocabulario expresivo en tanto permite decir lo que hacemos aldecir, afirmando explícitamente las inferencias avaladas en la prácticaimplícitamente.El orden racionalista de explicacion (Brandom, 2000) entiende a los conceptoscomo normas determinando lo que cuenta como una razon para creenciasparticulares, aserciones e intenciones, cuyo contenido es articulado en laaplicación de aquellos conceptos. Al aplicar un concepto, se avalaimplicitamente la propiedad de una inferencia desde sus circunstancias deaplicación a las consecuencias. Los conceptos se entienden como normas quedeterminan aquello de lo cual nos hacemos responsables, aquello con lo quenos comprometemos y aquello que nos daría el derecho a ello, en actosparticulares de juzgar y actuar. Ahora bien, contra ciertas formas deintelectualismo, que podrían ubicar ciertas ?normas? explícitas como relgas opatrones a partir de los cuales determinar y evaluar ciertos compromisos, lasnormas y los estatus normativos deben entenderse como estatus sociales,instaurados en la práctica. Pensar la normatividad a partir del modelo deevaluación entre comportamiento y regla explícita, en la medida en que laaplicación de dicha regla es algo que por su parte puede ser evaluado conrespecto a su corrección ?lo que llamaría a invocar una nueva regla, de ser elmodelo de reglas explícitas el adecuado-, conlleva un regreso. Es por eso quese opta por un marco pragmatista donde se toman las prácticas, con lainstitución y el conocimiento implícito de lo normativo, como base.El trasfondo sobre el cual la actividad conceptual de explicitar es inteligible esla práctica social normativa, donde se establece y domina un saber acerca dereglas implícitas. Es en la práctica donde los agentes se comprometen conciertos patrones, que son tenidos por correctos. En dichas prácticas, lacorrección o el ?crédito? de los compromisos se entienden como primeros,previos a cualquier cuestionamiento que, eventualmente si se realizara, deberíamostrar a su vez su legitimidad. Se establece entonces que debe partirse deuna noción de tomar aserciones como legítimas y de inferencias comocorrectas en la práctica, y que es la última la que permite que, eventualmente,se explicíten inferencias como aserciones que pueden ser aceptadas,cuestionadas y defendidas:?Una vez que el juego está en marcha, las actitudes inferenciales prácticas queincluye pueden hacerse explícitas en ocasiones apropiadas en forma deaprobaciones de condicionales. Pero lo que expresan estos condicionales sólose puede entender a partir de la práctica inferencial subyacente? (Brandom,1994)En este paisaje, donde la base está puesta en el saber práctico de los agentesy las relaciones normativas en las cuales se ven implicados a traves de suscompromisos y atribuciones, es que la lógica no es entendida como un canon oestandar para el correcto razonamiento. Su lugar que es el de poseer unfunción expresiva, consiste en la ayuda que provee para tornar explicito, yvolver disponible para el criticismo y la transformacion, los compromisosinferenciales que gobiernan el uso de todo nuestro vocabulario, y que articula elcontenido de nuestros conceptos. (Brandom, 2000)Al explícitar una inferencia, uno está presentando sus compromisos en lapráctica normativa a través de una aserción que está disponible entonces paraser críticada o aprovada. El acto de aserción puede considerarse comomodelado a través del concepto de inferencia y en este sentido, puedeencontrar expresión en el concepto de argumentación.Dada la estructura normativa de la práctica social, la aserción implica uncompromiso con cierta responsabilidad condicional (sujeta a una crítica por suparte legítimada) de justificar lo afirmado, y la justificación proviene de laaserción de otros enunciados que se consideran garantizados y en virtud de loscuales el primero queda por su parte garantizado. Esto significa que el derechoque uno tiene a un enunciado, y entonces, el derecho a una inferencia quetomaba como correcta en la práctica, proviene de su lugar como consecuenciade otras premisas que lo justifican y desde las cuales la justificación se hereda;premisas las cuales pueden a su vez requerir justificación. Pero esto no es sinodecir que es la idea de inferencia, explícitable a traves de un argumento y en lapráctica de argumentación, la que explica, y a partir de la cual se elabora, elconcepto de responsabilidad asumida. Es porque un enunciado es laconclusión de una inferencia correcta que se dice que está justificado.Consiguientemente, que el hecho de brindar una justificación consista enproferir las aserciones de las cuales la cuestionada se sigue, mostrando elderecho que se posee al presentarla como consecuencia de un razonamiento,es dar cuenta de la responsabilidad de justificación a partir de la inferencia, quepuede presentarse como argumentación. De igual manera, la licencia que estáinvolucrada no es sino la idea de que una aserción, cuya autoridad puedemostrarse a partir de otras, puede servir a su vez para realizar asercionesfuturas que se deriven de la misma. Por su parte, esto no es sino explicar entérminos de las consecuencias a que habilita la autoridad de una aserción.Pero la idea de un enunciado que hace de premisa para extraer consecuenciasen virtud de las mismas no es sino la de realizar una inferencia, que puedepresentarse como argumentación. (Brandom, 1983)Los compromisos e inferencias que articulan la posición de los agentes, através de los cuales se estructuran las prácticas, con las acciones y las formasde pensamiento, son elementos que se explícitan en aserciones. Lasaserciones, por su parte, pueden presentarse como premisas y conclusionesde razonamientos. La articulación de las mismas, que permanece implícita,puede encontrar una explicitación a través del vocabulario lógico que permiteexpresar en la forma de una aserción las implicancias de un juicio, brindando laposibilidad de la crítica, de la defensa y la revisión a través de laargumentación, del dar y pedir razones. Pero en la medida en que se trata deexplícitaciones de los primeros elementos, dicha posibilidad es una posibilidadpara ellos también. La argumentación, entonces, es un recurso a través delcual es posible la crítica, no meramente de la relación entre enunciados, sinode los compromisos e inferencias que articulan nuestra práctica: laargumentación es una posibilidad de iluminar racionalmente nuestra vida.